La tienda de telas

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El cap va dedicado a estas personitas:
21AYALAISABELLA
La_chanclade_Manjiro
valelovesbruno
orianarx
Gracias por darle apoyo a mi historia <3

Era ya 1 de julio, había pasado un mes y una semana desde que llegué a Encanto y todo iba de maravilla, por supuesto seguía extrañando a mi familia y amigos, pero me enfocaba en otras cosas como el vestido de novia, al cual le faltaban pocos detalles, y un nuevo proyecto que estaba por empezar.

-Bueno y la fiesta será toda de color rojo, mi segundo color favorito, porque mis fiestas siempre son amarillas y además...- explicaba el rizado de ojos avellana en el desayuno, hasta que una flor se estampó contra su boca, haciéndolo callar.

-¡Es la décima vez en la semana que hablas sobre tu cumpleaños! ¡Estoy harta!- se quejó su prima, a lo cual todos asintieron, la última semana, el chico se la había pasado hablando de su cumpleaños, en el fondo, si me gustaba escucharlo aunque fuese lo mismo siempre.

-Sí Camilo, ya basta, tu cumpleaños es en un mes.- agregó su hermana a lo que él la miró con odio, parecía insultarla con la mirada.

-¿Tú qué opinas _____?- cuestionó Mirabel tocando mi hombro, ninguna de las Madrigal sabía mi pequeño secreto.

-¿Qué me decías?- pregunté sacando los tapones de mis oídos, a lo que todos los nietos me miraron con la boca abierta.

-Eso es trampa.- pronunció enojada Isabela.-No se vale, ¿Desde cuándo los tienes puestos?- preguntó mientras yo guardaba los tapones en su cajita.

-Los empecé a usar desde la sexta vez que hablo de su fiesta.- contesté, Camilo me observaba con los brazos cruzados y fruncía el entrecejo, se veía bonito así.

-Eres una traidora.- dijo enojado el chico frente a mí, miré mi plato y agarré una de mis arepas, la extendí hacia adelante para que él la tomara, pero antes de que lo hiciese se la quité y quedó con sus manos en el aire, volvió a fruncir el ceño.

-Te la doy si no hablas de tu cumpleaños por el resto de la semana.- ofrecí volviendo a poner la arepa delante de su cara, la tomó, pero su rostro aún tenía una expresión molesta.
-Y lo siento, pero a veces hay que tomar medidas extremas.- me disculpé agitando la cajita con los tapones, una sonrisa se dibujó en el rostro del chico y mordió su arepa feliz.

-¿Mira, vas a la tienda de telas hoy?- le pregunté a la chica sentada a mi lado, ella torció sus labios y negó con la cabeza.

-No, quedé con mi mamá de ayudarla en el pueblo, pero quizás nos veamos y me puedes mostrar el nuevo bebé.- explicó y reí ante sus ocurrencias, risa que se cortó porque alguien escupió sobre mí.

-¡¿QUÉ BEBÉ?!- exclamó el chico frente a mí poniendo sus manos en la mesa e incorporándose, acción que tuvo que deshacer por la mirada acusadora de toda su familia, la peor mirada de todas era la de Antonio.

-De verdad que eres tonto, _____ nos contó que quería comprarse un telar, pero como tú estás tan enfocado en tu fiesta, no te interesa escuchar otra cosa.- explicó el pequeño, siendo regañado levemente por su madre por haber insultado a su hermano durante la explicación.

-Oh... Uhm, yo lo siento mucho.- dijo apoyando su mano derecha sobre su hombro izquierdo y mirándome apenado, le sonreí levemente.

-No hay problema, no es obligatorio escucharme siempre.- respondí y el chico formó una sonrisa, misma que fue borrada al dirigir su mirada a Mirabel.

-¿Y tú por qué me asustas así?- cuestionó, la chica lo miraba divertida, como si la situación le pareciese graciosa, lo cual era cierto.

-¿Te asustan los bebés o que ____ tenga uno?- preguntó desafiante a lo que casi me ahogo con el agua que estaba tomando, codeé a la joven a mi lado, ¿Qué rayos había dicho?-Es un juego que tenemos entre nosotras, le decimos bebés a los objetos que más apreciamos.- intentó arreglar lo que había dicho anteriormente.

-Son unas tontas.- dijo levantándose para buscar más arepas, sin antes pasar detrás nuestro y golpear la parte posterior de nuestras cabezas, pero por lo que pude notar, el golpe para Mirabel fue hecho con un poco más de fuerza e intención.

Luego del desayuno me dirigí al pueblo acompañado por los nietos varones de Alma Madrigal, tomaba de la mano a Antonio mientras conversaba con su hermano mayor.

-Perdón por el golpe.- dijo riendo a lo que yo también lo hice, sus hoyuelos se marcaban cada que una sonrisa aparecía en su rostro.

-No fue nada, con la que te tienes que disculpar es Mirabel.- respondí y el chico rodó los ojos, en eso una señora le pidió ayuda con algo por lo que tuvo que irse, así que Antonio y yo entramos solos en la tienda de telas.

-¡Buenos días! ¿En que la puedo... ayudar?- preguntó el joven que atendía el lugar e hizo una pausa para mirarme con detenimiento.

-¿Marcos?- dije al reconocer al chico frente a mi, llevaba su ruana azul y una linda sonrisa se dibujaba en su rostro.

-Así es señorita, el mismísimo Marcos Hernández.- respondió asintiendo con la cabeza para luego fijar su vista en el pequeño que estaba a mi lado, quien lo miraba entrecerrando sus ojitos.

-¿Y este quién es?- me preguntó señalándolo, me puse algo nerviosa, recordé que era un niño pequeño y que aún no sabía cuándo ser prudente.

-El es Marcos, un amigo que conocí aquí en el pueblo, y que por lo visto, trabaja en la tienda.- expliqué y el joven detrás del mostrador sacudió su mano en forma de saludo, luego señaló en una esquina, donde estaban unos perritos bebés junto con su mamá. La cara de Toñito se iluminó y le preguntó a Marcos si podía tocar a los cachorros, a lo que el chico asintió con su típica sonrisa.

-Ahora que estamos tranquilos, puedo explicarte.- dijo apoyando sus manos en el mostrador.-Mi mamá es la dueña de la tienda y el otro día estaba revisando los encargos y vi tu nombre, por lo cual le rogué para que me dejara atenderte hoy.- contó, a lo que reí con un poco de nerviosismo, al parecer le interesaba. El chico se fue a buscar lo que había encargado, para volver después con una caja que contenía mi telar.

-Que bueno que trabajes aquí, si sabía que tú hacías las entregas a domicilio, por lo que te molestaré algún día.-dije riendo cuando él volvió con mi nuevo artefacto.-Además de mi telar me podrías dar dos ovillos grandes de lana roja y otro de un rojo más oscuro.- le pedí, asintió y los puso delante de mí. Le pagué y tomé las bolsas, llamé a Antonio para que se despidiera.

-Adiós Marcos, gracias por dejarme ver a los cachorritos.- agradeció el niño despidiéndose con su mano, el chico sonrió dulcemente.

-No hay de que Antonio.- le contestó y el pequeño salió por la puerta.-A ver cuando me invitas a tu taller, eh.- añadió mientras me daba el vuelto, sonreí y lo tomé con mi mano libre.

-Por supuesto que puedes ir a mi taller, espero verte pronto.- le contesté y salí de la tienda. Al salir vi a Toñito jugando con otros niños, por lo que me tranquilicé y me fui a casa.

Holis! Cap un poco corto pero es que tenía poco tiempo, quiero actualizar bastante antes de que mis clases empiecen.

Opiniones del cap, vaya muestra de interés de Marcos, hoy no hubo tanto Camilo, pero prometo que en los próximos caps si va a estar más presente.

Made with luv💞

Corazón de dos países [Camilo Madrigal x reader]Where stories live. Discover now