Origamis

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Perspectiva de Camilo:

Después de la cena, me dirigí a mi cuarto, estaba muy cansado, después de todo, había sido un día muy largo. Me puse a pensar en el encuentro que tuve con _____ en la tarde, simplemente maravilloso, registrar cada reacción de ella para luego recordarla era mi parte favorita.

Aún tenía grabado su aroma, el tacto de mis labios con la piel de su oreja, su suave cuello y su carita teñida de rojo, se veía tan hermosa, juro que la hubiera besado, pero seguía siendo demasiado pronto, quería tener más contacto con ella antes de pasar a algo tan intimo como un beso.

Estando con Mariano, pude ver un anillo peculiar, el cual me dio una idea para un plan de conquista que ejecutaría meses más tarde. No sabía cómo pero debía hacerlo.

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Pasaron dos semanas después de lo ocurrido, en ese tiempo la chica y yo nos habíamos hecho bromas, la acompañaba al pueblo y se volvió mi cómplice a la hora de robar comida, su telequinesia hacia las cosas mucho más fáciles. También noté como iba forjando una amistad con el pequeño Antonio, parecían uña y carne, la chica le leía cuentos, le regalaba dulces y hasta hizo un collar para su jaguar y el niño no quería separarse de ella, ni aunque fuese un solo minuto. Tenía a toda la familia encantada, se encargaba del vestido de Dolores y aconsejaba a mis primas a la hora de vestirse, ayudaba a Julieta con la cocina y muchas veces la encontré tranquilizando a mi mamá. La abuela le tenía un gran aprecio, era la nieta de sus mejores amigos y veía en ella a su madre, quien también había querido como a una hija más.

Era una mañana de Junio, el verano comenzaba y el día estaba soleado, al parecer mi madre se encontraba de buen humor. Estaba recostado en mi habitación, leyendo una revista que ____ me había prestado, por supuesto me la pasé oliendo el papel, el aroma de su habitación era tan particular, olía suave, dulce, olía a ella. En eso siento que tocan la puerta, así que me levanto para ver quién es.

Al abrir la puerta, uno ojos verdes se fijaron en mí y pestañearon dos veces, batiendo las hermosas pestañas y haciéndola lucir coqueta e inocente. Me miró con una amplia sonrisa a lo que copié el gesto.

-Buenos días, Miss Smith.- saludé con un tono burlesco, a lo que la chica ya estaba acostumbrada.-¿Qué la trae hasta mi humilde morada?.- cuestioné curioso, quería saber que quería la joven, tal vez quisiera que le devolviese su revista.

-Buenos días rulitos.- amaba tanto mi apodo, he de confesar que me parecía más original que el que yo había inventado.-Estaba en el cuarto de lavado y vi tu canasto de ropa limpia, y como tú siempre me llevas cosas a mi habitación, esta vez yo te traigo tu canasta.- explicó levantando una cesta llena de mi ropa limpia.

-Pues muchas gracias señorita.- agradecí sacando la canasta de las manos de la chica.-¿Te gustaría... pasar?- la invité a adentrarse en mi habitación, a lo que ella aceptó, cerré la puerta luego de que ella pasara.

Perspectiva de _____:

Al entrar me sorprendí inmediatamente, la habitación era enorme, el piso y las paredes eran de un marrón oscuro, una araña bastante lujosa colgaba del techo, me recordó a las que habían en casa de mi abuela británica. La cama era de un gran tamaño, como si hubieran juntado dos camas king size, y era cubierta por sábanas a juego con la habitación. En la pared izquierda había un armario inmenso, junto con una biblioteca repleta de libros. El resto de paredes estaban cubiertas de espejos, imposibles de contarlos todos, cada uno tenía una inscripción en el marco dorado.

Corazón de dos países [Camilo Madrigal x reader]Where stories live. Discover now