Corazón de dos países [Camilo Madrigal x reader]

¡Feliz cumpleaños Isabela!

Había pasado una semana desde que llegué a Encanto, la estaba pasando muy bien, aunque en las noches había trabajo por hacer. Terminé el vestido el día antes del cumpleaños de Isabela, estaba cansada, por eso iba a envolverlo en la noche. Camilo no volvió a visitarme las últimas dos noches, lo esperaba con ansias, pero él jamás aparecía, tal vez se hubiera aburrido estando aquí. Durante el día cruzábamos miradas, sonrisas y un par de palabras, pensaba que él solo lo hacía para ser amable conmigo.

El día transcurrió bastante normal, salí al pueblo para comprar la caja donde pondría el regalo para Isa, también compré algunos moños y cintas, pero en realidad nunca los utilicé. Al salir de la tienda, vi al Madrigal sentado junto a sus dos amigos, parecía estar explicándoles algo, movía sus manos mientras hablaba, de verdad se veía bonito haciéndolo. Sonreí y decidí caminar hacia Casita, no quería que él notara que lo estaba observando.

Perspectiva de Camilo:

Me encontraba en el pueblo, junto con mis mejores amigos, Pedro y Francisco, les estaba explicando por quinta vez todo lo que había pasado la noche que estuve en el cuarto de ____. Los chicos me escuchaban, o tal vez fingían, pero era algo que no podía dejar de contar. En eso Fran me sacude, levantó la cabeza y ahí estaba. Era la chica de la que tanto había hablado y pensado, se veía deslumbrante y llevaba una gran caja blanca en sus manos, me imaginé para que sería esa caja, seguramente era para envolver el hermoso vestido color celeste.

-Le juro Camilo que ella estaba mirando para acá- informó Pedro, ¿Y si de verdad ella estuviera mirándome? Yo estaba tan enfocado relatando que no la había visto. La seguí mirando mientras ella tomaba el camino hacia mi casa, una sonrisa se formaba inconscientemente en mi rostro. Mis amigos pasaron sus brazos por detrás de mi espalda, formando una especie de abrazo.

Realmente quería a esos chicos. Habíamos estado juntos desde pequeños, jamás habían logrado separarnos, al principio sólo éramos Francisco y yo, después se sumó Pedro y formamos una de las mejores amistades de Encanto. Cuando niños, solíamos jugar y correr alrededor del parque, cuando crecimos, nos sentábamos juntos para ver pasar a lindas señoritas que nos dedicaban miradas y sonrisas. Pero hasta hacía un tiempo todo había cambiado, al menos para dos de nosotros.

Sabía que mi mejor amigo, el castaño de mirada dulce y voz tranquila, sentía algo por mi prima, Mirabel, a él le parecía asombrosa, y yo estaba de acuerdo, no me molestaba que estuviera enamorado de mi prima, después de todo, él era un buen chico. Por otro lado, Pedro, el pelinegro de anteojos no se enfocaba en ninguna chica, a veces invitaba a algunas a salir, pero casi siempre quedaban como amigos.

Y después estaba yo, desde la semana anterior solo un nombre ocupaba mi cabeza, ___. Era tan bella y amable, se movía con gracia, saludaba a los niños que pasaban y su cabello se movía suavemente. Estaba enamorado de cada pequeña cosa de ella, estaba enamorado de ella.

Me despedí de mis amigos y salí corriendo, debía alcanzarla antes de que ella llegara a casa. Me choqué con Mariano mientras me iba, le pedí disculpas y seguí con mi camino. Pude alcanzarla, de frente era aún más bonita.

Perspectiva de ____:

-Hola preciosa, ¿Necesitas ayuda con esa caja?- preguntó el rizado acercándose hacia mí. Sinceramente amaba que me dijera ese tipo de adjetivos o sustantivos, mi favorito, princesa.

-Mmm, tal vez sí.- contesté, la caja era algo grande y se me hacía algo difícil llevarla junto con las otras bolsas. Camilo agarró la caja y seguimos caminando juntos.

Empezamos a hablar sobre preparativos y algunas cosas que había que hacer en Casita, con él me sentía segura, podía contarle lo que fuera y el chico parecía escucharme, y cuando él hablaba, parecía hechizarme con su voz y la dulce risa que escapa de su boca de vez en cuando.