Correspondencia

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Dos semanas ya viviendo en Casa Madrigal, luego del cumpleaños de Isabela, había empezado a trabajar en un nuevo proyecto, un impresionante vestido de bodas. Era un diseño muy bello, poco convencional para los que se podían encontrar en el pueblo, pero no había nada que la mejor modista (según Toñito), _____ Smith, no pudiera hacer.

Estaba terminando de cortar la tela que usaría para las mangas, cuando golpes en la puerta llamaron mi atención. Me levanté de mi escritorio y aún con el centímetro colgando en mi cuello, fui a abrir.

Me encontré con la figura alta y esbelta de "Rulitos" como Antonio y yo lo habíamos empezado a llamar, llevaba su característica ruana amarilla y esbozaba una amplia sonrisa. Al verlo también sonreí y me fijé en la canasta que llevaba en sus manos.

-Hola rulitos- dije molestándolo, el chico no borró su sonrisa pero si hizo rodar sus ojos.-¿Qué te trae por aquí?- cuestioné.

-Buenos días Miss Smith.- él también tenía un apodo para mí, lo decía con un tono elegante y burlesco a la vez.-Vengo a traerle su correspondencia, princesa.- añadió haciendo una reverencia, no pude evitar reír y lo invité a pasar a mi cuarto.

-Eres una mezcla de bufón y mayordomo.- expresé riendo mientras tomaba la canasta de las manos del chico, él también rió y volvió a hacer una reverencia.-estoy a sus órdenes, mi lady.

Perspectiva de Camilo:

Después de las ridículas bromas, mientras la joven sacaba todos sus paquetes y sobres, recorrí la habitación como era de costumbre. Empecé viendo los cuadros, pero algo llamó mucho mi atención, una nueva fotografía enmarcada reposaba junto a las otras. En la imagen se veían dos niños pequeños, aproximadamente de cinco años y un chico preadolescente. De inmediato los reconocí, la niña por supuesto era ____, el chico más grande era el hermano de la chica y último niño era... yo. Ella había colgado una foto en la que yo estaba, se me hizo un gesto muy bonito. La muchacha me llamó y me senté junto a ella en el suelo.

-Bien, ¿Qué tal si me ayudas con mi correo?- me preguntó y solo por pasar más tiempo con ella, asentí.

-Comencemos con esta.- dije señalando un sobre de color verde, la cara de la joven se iluminó, de seguro esa carta era de alguien muy especial.

-Es una carta de Will y Karla.- explicó sin ni siquiera tocarla.-Lo sé porque es el sobre que siempre utilizan, veamos que dice.- agregó abriéndola, se puso a leerla detenidamente, pude ver como un par de lágrimas salían de sus ojos, la pobre extrañaba a sus amigos, ahora vivían en distintos continentes, me imaginé si me pasara lo mismo con mis amigos, sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

-¿Quieres que te deje sola?- pregunté suavemente, no quería incomodarla y así ella pudiera liberar sus emociones tranquila. La chica me miró con ojos vidriosos, sin pensar corrí un mechón de su cabello detrás de su oreja y acaricié su mejilla.

-No, no te vayas, es mejor estar con alguien, así puedo controlarme.- dijo calmada, despegué mi mano de su cara y la seguí mirando a los ojos.-Mis amigos están bien, adoptaron a una gatita y le pusieron ____, en mi honor, eso fue lo que me emocionó.- añadió sonriendo, esa era la sonrisa más bella de todo Encanto, repetí el mismo gesto, hechizado por sus ojos color esmeralda.

Luego ____ tomó un paquete que estaba envuelto del mismo color que el sobre recién abierto, la caja contenía muchos dulces y luego un par de manos hechas de cerámica, la muchacha se emocionó, las manos eran la de su mejor amigo y ella, me contó cómo habían hecho el molde y como el chico no le permitió entrar en su taller durante su última semana en Londres. La escuchaba con una sonrisa tonta, la manera en la que sus orbes se iluminaban mientras hablaba me parecía simplemente hermosa y el suave tacto de su piel quedó grabado en mis manos, las cuales parecían que quisieran separarse de mi cuerpo para volver a tocar delicadamente a la chica.

Corazón de dos países [Camilo Madrigal x reader]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant