Parte 1 Primeros recuerdos

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Faltan pocos días para que mi hermana mayor regresar a los Estados Unidos donde vive desde hace varios años, estamos platicando amenamente de pronto me dijo.

-Antes de irme quiero pedirte un favor.

-Claro que sí, si está en mis manos.

-Quiero que me acompañes al pueblo.

- ¡A Etzatlán!

-Si, no quiero irme a Arizona sin visitarlo, quiero recorrer las calles en donde pasé mi niñez y parte de mi adolescencia, quiero ir a visitar a mi madrina de primera comunión.

-Lástima que ya ningún pariente viva en el pueblo, mi abuela Pachita que en realidad era bisabuela, y mi tía Rafaela eran las únicas que quedaban, pero desde que murió mi abuela, a mi tía se la trajo su hija Gloria a vivir con ella para que no estuviera sola en él pueblo.

-Ya ha de estar muy viejita.

-Pues mírate en un espejo, nosotras ya estamos bien rucailas  (viejas), imagínate mi tía que era la hermana de mi abuela.

-Cuantos años tenía mi abuela Pachita cuando murió.

-Tenía 106 años.

-Crees que aún viva tu madrina Mari.

-Pues no lo voy a saber si no voy -. ¿Tú has vuelto a ir al pueblo?

-Si, dos veces, pero ya tengo mucho tiempo que no voy, desde que los niños estaban chicos los llevé a que conocieran a su tatarabuela o sea a nuestra bisabuela.

-No, pues si que tienes mucho tiempo de no ir.

-Mañana nos vamos temprano, después de todo solo queda a dos horas de aquí, es un pueblo chico.

Al siguiente día salimos temprano a visitar nuestro pueblo querido, cuando llegamos nos sorprendimos gratamente la entrada del pueblo ya no era la que recordábamos estaba totalmente cambiada para bien.

Conforme recorríamos las calles nuestra sorpresa crecía y crecía más, nuestro pequeño pueblo se había convertido en uno mucho más grande, los campos en donde jugábamos ahora estaban convertidos en casas, más que pueblo parecía que caminábamos por las calles de la ciudad.

Conforme recorríamos las calles mi pensamiento voló hacía el pasado cuando apenas era una pequeña niñita de cuatro años.

Mi nombre es Rosalía Badillo Rodrigue. Nací en Etzatlán Jalisco en 1950. Soy la tercera de 15 hijos, Mi primer recuerdo que tengo de mi niñez es cuando tenía unos tres años. Mis padres tuvieron que salir a la ciudad de Guadalajara,  mi madre tenía un tumor en el estómago y le iban a practicar una operación muy delicada de alto riesgo, ella además del tumor estaba embarazada, de su quinto hijo en ese tiempo éramos cuatro hermanos tres mujeres y un hombre.

 En los años 50s no teníamos la tecnología con que ahora contamos, ella -me contó fue que le sacaron el feto y lo pusieron en una incubadora mientras a ella le extirparon el tumor, afortunadamente todo salió perfecto y a mi madre le volvieron a colocar el feto en la matriz y el niño nació a término sano y salvo cuyo nombre fue Héctor, de cariño le decíamos Neto.

Al siguiente día, despertamos en una cama tapados con una cobija, en la casa de mi bisabuelo Alejandro de cariño le decíamos abuelo alejo, él no vivía con mi bisabuela vivía con otra señora que se llamaba Isabel era una señora mucho más joven que mi bisabuelo pero nos tenía mucha paciencia ella nada más tenía una hija Esther, ella era la mejor amiga de mi mamá yo creo que por eso mi papá nos llevó con ella por cierto amanecimos bien mojadas alguno de nosotros se había orinado quien pues a la mera fui yo, Isabel nos bañó,  nos vistió con ropa limpia y nos sentó alrededor de la mesa ella estaba haciendo tortillas nos sirvió un plato de frijoles refritos con un jarro de atole, y tortillas calientitas, no recuerdo cuántos días estuvimos con ellos, pero no la pasamos bien.

Pasajes de mi infanciaWhere stories live. Discover now