David y sus rollos inciertos

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"Estoy muerta del asco. Día dos en el pueblo. Móvil del tiro. Ya no sé que digo. Tiro del móvil. Bah bah bah..."

Probablemente definiría así mi estancia momentánea en el pueblo junto a James, David, Rosita, Carmela... todos mis puñeteros primos. Rosita ya me había mordido los dedos cada vez que la llevaba a dormir unas seis veces, James me había regalado un gato siamés(Sí, como lo lees), Carlota había ordeñado una vaca y se había hecho una foto por postureo y David me había acompañado la noche anterior a la fuente "Diosa WiFi" y hoy no le hablaba.

*Flashback*

-¿No entiendo cómo te gusta esa cosa peluda con patas? Ni tu sabes que le quieres.

-David, no eres el más indicado para hablar en estos momentos, ya que eres tú el que agarra del culo a todas y les mete la lengua hasta dejarlas secas.

-Eso duele. Solo intento decirte las cosas.

-El problema es que tus "cosas", llamadas consejos, son una mierda literal. No sabes que es querer.

-Puede que no sepa que es querer, pero sí que se lo que es querer otras cosas con una persona. Lo que te quiero decir es que solo te quiere físicamente, Yaiza, no te dejes llevar.

-David, ¡déjame en paz! NO TIENES NI PUTA IDEA DE LO QUE ES QUERER A ALGUIEN COMO LO HAGO YO.

Estaba gritando, furiosa, muy enfadada. Cogí mi biciceta y volví a casa. A quedarme en mi cama vagando en soledad por mi cabeza. Sabía que David no sabía lo que era querer, no tenía ningún tipo de idea, pero su 'sutileza' despertó una razón demasiado estúpida ¿Realmente no me quería?

*Fin de flashback*

Mi telefono sonó en la sala de estar y fui a ver quién interrumpía el silencio que reinaba.

Se trataba de una amiga del pueblo, que quería que moviera un poco el culo y fuera al río con las chicas.

Acepté a regañadientes, no me apetecía demasiado.

Salí a la calle y me dirigí a donde habíamos quedado, en una roca en la parte de detrás del río. Salté un par de piedras con mis zapatos poco apropiados para la ocasión cuandoi móvil volvió a vibrar. Estaba en medio del río en posición poco estable. Me arriesgué. Lo saqué y vi que era Santi. Muy contenta descolgué la llamada y al cabo de dos segundos el río me había empapado de arriba a abajo. Intenté que el móvil quedara intacto, cosa que me salió muy bien. Cuando el río ya no me cubría tanto, estaba llena de piedrecitas tanto en los vaqueros, zapatos, pelo... TODO. Eso sí, el móvil, intacto.

Una vez que tuve las manos secas le llamé.

Le conté mi aventurita de torpe.

-Pero tía, Yaiza,¿Cómo no saludas a una trucha de mi parte?

-¡Joder, calla niño! Estoy empapada y aún no he encontrado a mis amigas.

No fui borde en absoluto, porque no podía dejar de sonreir cada vez que sabía que me escuchaba.

-Pues no vayas a donde quiera que hayas quedado con ellas y quédate conmigo.-Me dijo con una voz dulce.

Me lo pensé una única vez y acepté rápidamente.

-Solo por que te quiero, ¡Eh!

Entonces, mientras me sentaba en un claro entre dientes de león, flor que me recordaba a él, empecé a pensar en cómo había cambiado todo. Cómo antes solía ir tanto con mis amigas y ahora solo podía pensar en el chico que me había cambiado. Aunque me molestaba, no podía dejar de admitir que había cambiado, que yo no iba detrás de un chico para pedirle un beso, o que no le decía te quiero a todo el mundo y ahora mi mundo se reducía a él.

-Churri mía, ¿sigues ahí?

-Odio que me digas churri...-Intenté sonar enfadada.

-Por eso mismo te lo digo, porque me encanta verte enfadada.

-Ahora no me ves, subidiota.

-Vale, no te veo, pero te imagino chorreando de agua encima de una roca.

-Bua, cállate anda.

-No me callaré... No, no, no...

-¡Pues cuéntame algo!

-Vale, me he comprado una sudadera de Dope, te toca.

-Me han regalado un gato.-Una pausa.

-Llámalo Ataulfa.

Abrí los ojos de par en par y fruncí el ceño.

-Pero ¿De dónde te sacas eso?-Después añadí:-¿Dope?¿Es coña no?

-Si se te ocurre algún nombre mejor, pequeña hippie, no dudes en decirlo. Y no, no es coña, dope.

-Y yo que pensaba que el de Victoria era malo....

-¿Cómo lo quería llamar?

-Presidenta miau o gata cósmica.

-Pues el mio es mejor. Que lo sepas.

-Sí, claro....- Contesté yo. Luego seguí hablando mientras me escurría el pelo.- ¿Y vas a dejar a tu amiguita por una sudadera de Dope? ¿De verdad?

-¡NO!-Casi me deja sorda.-Nunca, mi 'amiguita' es esencial para conseguirte.

-Sí, y sería que acepté salir contigo por una chupa de cuero, ¡y una mierda!

Seguimos hablando de muchas cosas, hasta que me di cuenta de que me tenía que ir a comer a casa. Me despedí de él y colgué la llamada.

Crucé el río, y esta vez no vibró mi teléfono. Volví lo más rápido que pude a casa donde me dijeron que mis amigas habían estado buscandome. Me disculpé con todos y nos pusimos a comer.

Que sea para la eternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora