Capítulo 60 - "Nuestro hogar"

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[Nuestro hogar]

Cheryl

- Toni, tienes que moverte un poco más a la izquierda - Ordené desde el otro lado del sofá - Mujer testaruda, a tu izquierda

- ¡No me mangonees! - Reclamó con apremio mientras empujaba el mueble hacia mí - ¡Yo soy una fiera indomable! - Y ahí estaba su ego floreciendo y negándose a aceptar que era yo quien mandaba - Y estoy empujando, ¿Qué no estás viendo?

- ¡Debimos pagar por el acomodo de los muebles! - Luego alcé la barbilla completamente altiva, retándola con la mirada - Y no eres una fiera indomable, eres un gatito mimoso que le gusta buscar cariñitos luego del sexo y que hace todo lo que le pido

Ella suspiró con fuerza

- No te atreviste, pequeño diablo

- La que se levanta si le digo que quiero algo dulce - Seguí mofándome de ella, pese a que su rostro mostraba el desvergonzado ego herido fingido - La que me prepara la tina si tuve un día pesado - Toni solo me abría los ojos y me miraba con horror marcado por ser expuesta - Asúmelo, Topaz. Eres un gatito mimoso que se doblega con cariñitos

El rostro horrorizado terminó por convertirse en una mueca traviesa que terminó por advertirme por completo de sus intensiones llenas de maldad. Las pisadas completamente felinas dictaban de cada una de las intensiones que escondían sus ojos entrecerrados y el vibrar de su propio cuerpo ante la proximidad

- Retráctate - Exigió - Es tu última oportunidad

- Nunca en la vida

El acomodo del sofá quedó en segundo plano cuando vi su cuerpo abalanzarse contra el mío en un claro intento por castigarme ante la ofensa real que significaba haber insultado su rebeldía completa ante la autoridad. Ni siquiera alcancé a dar dos pasos para escaparte del rigor de su mano dura, sino que solo alcancé a alzar la mano en un intento desesperado por detenerla

No había manera alguna de que me resistiera a ese toque certero y a la sonrisa traviesa que se instaló en el mismo momento en el que sus manos se ciñeron a mi cintura. El beso no se hizo esperar más de dos segundos, cuando torpemente nuestros cuerpos fueron a terminar sobre el mueble que hace dos minutos atrás estábamos acomodando

- TT - Gemí entre besos - Tenemos que... - Ella era implacable, con besos codiciosos que regaban mi cuello - Los muebles... - Los dientes se clavaron sin compasión alguna sobre mi cuello, extendiendo el fuego intenso desde ese lugar específico hasta mi propio vientre - Toni... por favor

- Mhm Mhm - Negó con la nariz enterrada en mi cuello, besando mansamente ese punto de encuentro, mientras su manos subían con torturante lentitud por mis caderas - Llevamos dos días acomodando los muebles de nuestro hogar, pero aún falta algo - Ronroneó perdiéndose en el valle inicial de mis pechos - Nos falta algo realmente importante para esto sea nuestro hogar

Tiré su cabello con poca fuerza

- Debemos terminar - Gemí

Los dedos hábiles de esa mujer terminaron por tirar de los botones de mi blusa, desprendiéndome con rapidez de la prenda que parecía ser tremendamente estorbosa para ella y la olvidó en algún lugar cerca de la puerta. Sería ingenuo pensar que en algún momento podría detener el avance certero de esas caricias meticulosas, así que tenía dos opciones, correr por mi vida y refugiarme en el baño, o simplemente derretirme entre sus brazos y aceptar mi destino

- Deberías terminar - Tentó ella con una clara doble intención, sobre todo porque ponía todo su esfuerzo para trabajar en soltar mi pantalón - Pero sobre mis dedos y mi boca

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