Cheryl era nueva en la universidad, una alumna novata que parecía ser completamente invisible al mundo. Se podía decir que ella no quería levantar las sospechas de nadie, mucho menos quería que sus compañeros la notaran más de la cuenta
Pero si habí...
Ese día jueves era caluroso por la mañana, así que tomé el mejor short que tenia y me lo puse sin tener en consideración un pequeño e ínfimo detalle, tenía una acosadora que quería meterse a mis bragas; además, me puse una camiseta de mangas cortas. En efecto, no recordé nada de ella mientras subía al autobús y caminaba las cuadras que sobraban desde la parada hasta la universidad
Las chicas se encontraban en la entrada del salón, así que simplemente me acerqué a ellas para poder saludarlas
- Buenos días, chicas - Susurré tímidamente al acercarme a ellas - ¿Cómo están?
- Cheryl - Respondió eufóricamente Tabitha para rodearme con un brazo
- ¿Cómo estás, pequeña? - Betty la acompañó en ese abrazo efusivo - ¿Dormiste bien?
- Dormí toda la tarde el día de ayer - Con cuidado palmeé el hombro de Betty - Y que seas más vieja que yo, no te da derecho a decirme pequeña
- Pero si que eres pequeña - Se mofó - Y eres una pequeña tierna
La rubia de inmediato comenzó a acercarse amenazadoramente, proporcionado suaves caricias con las puntas de sus dedos en mis costillas, arrancándome carcajadas, impulsando esos espasmos naturales de las cosquillas que provocaban. De inmediato comencé a retroceder, intentando evitar esos dedos hábiles que parecían querer torturarme con ese inocente método
De pronto, mi espalda chocó con algo cálido, duro como roca y tan extrañamente electrizante que los vellos de mi nuca se erizaron con rapidez. Unas manos se posaron en mi cintura, calentando esa porción de piel que quedaba libre a mi camiseta
- Quero ser una dama - Susurró calentando mi cuello - Pero si sigues insistiendo en restregarte conmigo, no me podré contener
- ¡Toni! - La voz de Peaches me despertó de ese extraño éxtasis sexual que despertaba esa mujer en cualquier ser existente - Deja de acosar a la pobre Cheryl - ¡Ay, Dios! Antoinette me estaba acariciando la cintura - Mira, ya la hiciste ponerse roja
- Lo siento - Susurró entre risas - Buenos días, pelirroja - Lanzó con alegría, y después, besando mi mejilla con suavidad - Espero que esta noche si descansaras
- Si..s...sí - Mi mirada cayó a mis dedos, perdiéndome en la calidez de sus manos sobre mis caderas - Dormí bien, ¿y tú?
- De maravilla - Susurró - Tuve sueños bastante agradables
Las clases comenzaron con esa extraña interacción en el pasillo, donde las imágenes poco decorosas comenzaron a hacerse presentes en mi cabeza. Hablar con esa extraña me estaba haciendo mal, muy mal
Entonces, ella apareció
Número desconocido
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¡Tetas!
:L
¡TETAS!
:LLLLLLL
¿¡Qué demonios!?
¿Te acabas de dar cuenta que tienes tetas?
Porque eres mujer
Te informo que tenemos tetas
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