Capítulo 15 - "Del dicho al hecho, hay mucho trecho"

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[Del dicho al hecho, hay mucho trecho]

Antoinette

Sonreí mordazmente contra sus labios, al presenciar cómo sus labios rojos seguían abiertos intentando refutar cualquiera de mis dichos. No obstante, eso no era lo único que me estaba volviendo loca en ese momento, sino que la cálida piel de sus muslos estaba haciendo estragos en mi entrepierna

Cheryl Blossom estaba solo con bragas y una camiseta corta que apenas llegaba al borde de sus bragas; bendito sea el calor del verano que me permitía tener tremenda piel contra mis manos

- ¿Dónde quedó la muchacha descarada? ¿Mhm? - Me mofé levantando mi pierna para causar esa electrizante fricción contra su piel - O es que ahora vas a retractarte de todo - Presioné cruelmente mis caderas contra las de ella - Tal parece que, del dicho al hecho, hay mucho trecho

Las manos de Cheryl se apretaron en mis costados, intentando quizás, mantener la cordura de esos sucesos

- ¿Qué... qué es lo que haces acá? - Cuestionó con voz ronca - Son... son...

- Mas de las tres de la mañana - Relamí mis labios antes de darle una sonrisa abierta - Pero yo te lo advertí - Me incliné tenuemente sobre ella, pegando mis labios a su oreja, capturando su oreja con mis dientes - Te dije que no me calentaras la sopa si no ibas a tomártela

Sin cuidado metí la mano en el elástico de su ropa interior, tirando con brusquedad hasta sentir que la tela cedía ante los jalones poco delicados. Las bragas de Cheryl se rasgaron, quedando frente a la puerta de su habitación, hecha girones.

- ¡Oye! - Protestó - Son mis bragas, bruta

- Y no es lo único que te voy a romper - Gruñí aferrándome a su nuca para hacerla caminar junto a mí - Me voy a vengar - Lancé en ese tono neandertal que impulsaba un deseo abrazador - Cada foto que enviaste - Con un poco más de fuerza aplicada, logré que su cabeza quedara contra el colchón y su trasero en pompas al aire - Esos mensajes soeces - Mi mano libre escudriñó entre sus muslos, tentando esa humedad que escurría entre sus piernas - ¡Oh! Y esos toques descarados en medio de la clase, también tendrán consecuencias, pequeña

Mi mano seguía tentando la línea entre sus muslos y su centro, sonriéndome mientras veía su trasero al aire y como sus piernas seguían haciendo presión en un intento vano por evitar que mi mano la hiciera sucumbir; o quizás, solo quizás, en intentos silenciosos por obtener un poco más de fricción

- Antoinette - Gimió agónicamente

- Quieres que te toque, ¿no es así? - Me burlé recostándome tenuemente sobre ella, siguiendo esa línea vertical entre sus pliegues húmedos sin llegar a hacer una caricia - Quieres que hunda mis dedos en ti y que te haga llegar de una vez, ¿no es así?

Su cuerpo tembló

- Por favor... - Gimió - Antoinette

Mi mano se apretó con fuerza contra los cabellos de su nuca, sintiéndome poderosa al mirarle desde arriba con la mirada completamente poderosa y llena de deseo

- Llevas pidiendo que te folle durante semanas - Gruñí dando el primer azote a sus nalgas - Me mirabas con esos ojitos de cordero - El segundo azote arrancó una protesta mansa de sus labios - Y luego chupabas ese lápiz de esa manera tan lesiva que me hacía desear subirte al pupitre y romperte la inocencia - El tercer azote puso su culo tan rojo que me sentí poderosa - Te voy a romper, pelirroja

Con el poco tacto que tenía, tomé su brazo y la giré para dejarla de espaldas sobre la cama; sus ojos brillantes me miraban y sus dientes, furiosamente presionaban su labio inferior hasta casi hacerlo sangrar. Me relamí los labios, sonriéndole como si fuese un pequeño cachorro a punto de despedazar. Me sentía tan fuerte, pese a que mis rodillas habían impactado contra el suelo frente a su atenta mirada

Sexting ✔️Where stories live. Discover now