Sexting ✔️

Capítulo 39 - "Demonio Antoinette Topaz"

[Demonio Antoinette Topaz]

Cheryl

- ¡Mamá! - Grité como pude, metiendo con fuerza un par de prendas a mi mochila - ¡Mamá yo me iré a casa de una amiga! - Grité con ganas para no perder tiempo - Yo... yo... si alguien pregunta yo no estoy - La verdad es que resolvería esto por el camino, de seguro Peaches no tendría problemas en dejarme pasar la noche con ella y ya luego me las arreglaría - Vuelvo... - La sola imagen de ella con cara de perro celador en la puerta de mi casa me hizo entrar en pánico - No sé cuándo vuelvo, mamá

Recapitulemos un poco, estaba un poco furiosa porque Antoinette seguía siendo demasiado terca como para admitir que yo le seguía gustando o como para caer en las provocaciones que le estaba haciendo. Se supone que ella tenía que charlar con esta chica desconocida, pero eso no significaba dejarme completamente de lado y tampoco significaba seguir odiándome hasta ese punto insano

Resulta que, en un arranque de rabia, mi estúpida bocota había terminado por soltar la verdad que me mantenía de alguna manera en contacto con la chica que me interesaba, pero no solo eso, sino que también la había tratado de idiota por no haberse dado cuenta de que era yo quien la había hecho gritar esa noche. Luego de decirlo, me había llegado el golpe de realidad y me había invadido el pánico

¡Una doble idiotez de mi parte!

El punto es que ahora estaba completamente histérica, haciendo intentos desesperados por huir de mi casa antes de que esa mujer del demonio se predispusiera a reclamar mi cabeza como sacrificio para aplacar la furia que debía estar sintiendo en este momento. Estaba completamente segura de que, en ese momento, Antoinette Topaz debía tener un muñeco de vudú con un alfiler atravesado en medio de mis ojos, si es que no estaba apuñalándolo

Mamá no había dado respuesta a ninguno de mis reclamos

- ¿¡Es que no te importa a donde va tu hija!? - Cuestioné llena de furia apanicada - ¡Mamá!

En ese momento, la puerta choca en la parte trasera de la pared, demostrando que quien fuese el intruso, había hecho todo lo posible para que su entrada fuese escandalosa y completamente poco disimulada. Ahí estaba ella con una sonrisa hambrienta, con mi madre al lado completamente ajena a lo que estaba a punto de presenciar por su ingenuidad

- Amor, Toni vino a verte - Susurró haciéndome señas sugerentes desde atrás - Pensé en darte esta sorpresa ya que estabas bastante molesta hoy

- Hola, Cheryl - Saludó con extraña calma que me desesperó - Ya no podía esperar más para verte - La manera en que su lengua recorría sus labios, apenas me permitió respirar - Espero que no te moleste que viniera sin avisar

El alma se me cayó a los pies cuando mamá se hizo a un lado para darle paso a Antoinette y más allá de eso, le daba sonrisas inocentes a mi mamá como si no estuviera planeando como estrangularme apenas quedáramos solas; podía verlo en el negro de sus ojos, Antoinette venía a matarme

- Y yo ya pensaba que no te íbamos a ver más por acá - Mamá hablaba con dramatismo y cierta picardía - Ya me estaba resignando a tener que ver otro trasero que no fuera el tuyo

- No, señora suegra - Ante ese seudónimo, mamá sonrió - Yo no permitiría que nadie más le diga así - Si claro, porque me iba a matar y me iba a meter en un refrigerador - ¿Le puedo pedir un favor, estimada señora suegra?

Esta se tramaba algo y no me gustaba

- Claro, cariño, lo que quieras - Y en efecto, mi mamá había terminado por caer engatusada por esos ojitos de cordero

- ¿Puede salir de la casa? - ¡Oh, Dios! Ahora si estoy en problemas - Es que la voy a hacer gritar y no creo que le guste escuchar a su bebé así - ¿Esta imbécil no tiene vergüenza? - Es que le quedó muy buena la hija y yo no me puedo contener