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Capítulo 33 - "Castigo"

[Castigo]

Cheryl

Al día siguiente de la fiesta, no me atreví a mirar el celular porque Antoinette Topaz me rondaba en la cabeza y no de la manera más sana. Sabía que me había mandados mensajes, quizás dos o tres y sabía que quizás tenían que ver con el regalo, pero no me atrevía a verlo

- Cheryl Blossom, tu perro acaba de matar mi plata - Bufó la molesta ese elfo del demonio que a veces llamaba madre - Más te vale que la saques a pasear porque está destructiva

Apenas logré girar la cabeza para encontrarme con mi Negra haciendo caras de inocencia pura, con las orejitas a medio bajar y la lengua colgando distraídamente por el borde de su hocico. Apenas mis ojos se clavaron en ella, caminó perezosamente hasta ocultar gran parte de mi cuerpo bajo sus pelos

- Creo que comparte mi desgano - Lancé sin ganas, abrazándome a su cuerpo peludo sin importar que me estuviera arrancando el aire - No quiere pasear, solo quiere algo de amor, como yo

El silencio llenó la estancia, haciéndome creer que estaba completamente sola con mi culpable perra quitándome el aire porque ella estaba intentando expiar sus culpas por medio de ese intento de abrazo entorpecido que hacía mella en cualquier humano que quisiera hacerles frente a esos ojitos inocentes

- ¿Todo este drama digno de Lillo y Stitch es por Antoinette? - Preguntó de la nada y sin ningún tino - Porque si es por ella juro que te golpearé

- Eres mi madre - Rezongué de mala gana - No puedes ponerte del lado de la chica que me rompe el corazón

El constante desgano de mis palabras y el evidente dolor que trascendía de ellas, parecían poner en un estado de disgusto ascendente que estaba a punto de estallar, pues su cara estaba invadida por un irregular sonrojo. De pronto, su pie impactó con fuerza contra las tablas de mi habitación; en este momento, la furia titánica de esa mujer, aparentemente dulce, había terminado por destilarse en sus palabras

- ¿Y la manera en la que tú le rompiste el corazón? Porque no creas que no estoy enterada de lo que pasó, Cheryl Blossom - Recriminó sin ningún tipo de compasión por la rudeza de sus palabras - Mira, hija, seré sincera contigo - Y ahí estaban, esas palabras que presagiaban un muerte lenta y dolorosa, sin ningún tipo de anestesia - No le vi el trasero y la espalda toda arañada a esa niña, como para que luego la embarres y se dejen. Ya tuve que soportar escuchar su nombre a gritos y verla durante el otro día al desayuno sin lanzar ningún tipo de comentario al respecto - Dios, se me había olvidado de que gracias a la primera travesura de esa loca, había terminado por tirar con mi madre en casa - No estoy dispuesta a tener que ver el trasero de personas desconocidas, solo porque estás despechada, así que más te vale que arregles esto, porque tú realmente la quieres

- ¿Nos escuchaste? - Susurré presa de un aturdimiento que no me permitía procesar más de una idea a la vez - Ese día, ¿nos escuchaste?

Mamá sonrió con ácida burla

- Cariño, yo creo que hasta la señora Jonhson se enteró de que estabas follando con alguien que se llama Antoinette - Se mofó palmeando mi espalda con extremo cariño - Y también se te nota que babeas por ella, así que más te vale que arregles lo que sea que hiciste - Luego se detuvo, mirándome con si estuviera a punto de lanzar una bomba atómica frente a mi cara - Y te recomiendo que lo hagas pronto, porque ese traserito moreno es realmente bello

- ¡Mamá! - Gemí en protesta - Ese traserito moreno es mío

- No por mucho si sigues quejándote abrazada a tu perra - Guiñó maliciosa - Puede que otros ojos se posen en ese traserito