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Capítulo 32 - "De las cenizas... ¿Follamos?"

[De las cenizas... ¿Follamos?]

Cheryl

Antoinette seguía con los ojos fijos en mí, como si aún no creyera que yo me encontraba de pie delante de la puerta de su habitación, con una mano en mi bolsillo y la otra detrás de la espalda. Además, mis ojos se posaron aún más atrás, llegando directamente a ese objeto extraño tras la cama

- ¿Cheryl? - Susurró con esa voz perdida - ¿¡Qué... qué!? - Su boca comenzó a abrir y cerrar, como si fuese un pez fuera del agua - ¡Mamá! - Gritó con fuerza, no obteniendo ningún tipo de respuesta - ¡Lárgate de mi casa!

En un intento vano por dejarme fuera de su alcancé, intentó cerrarme la puerta en la cara, pero no lo consiguió. Mi hombro se recargó contra la puerta y me impulsé hacia dentro, cerrando con la misma rapidez para que el mundo completo terminarse por olvidarse de nosotras encerradas en esa habitación que conocía a la perfección

- Eres mal educada - Reprendí ausente, y tan pronto como dejó de retroceder como un cachorro regañado, extendí la única rosa roja que estaba escondida a mis espaldas - Pero te traje esto, como quise hacerlo durante todo el día - Otro paso dejó que mis nudillos fueran rascados por la suave camiseta de algodón - Deseaba tanto decirte feliz cumpleaños, pero sabía que correrías, así que decidí decírtelo en un lugar donde ya no podrías huir de mí - Sin querer clavé los ojos más allá de los de ella y reprimí ese intento de no reír - Pero tal parece que alguien más desea que tengas un cumpleaños demasiado feliz

- ¿Qué? - Sus jadeos involuntarios me hicieron sonreír aún más - Oye, yo no te quiero en esta celebración, no te quiero cerca de mí - Su entrecejo se arrugó, pero sus labios temblaron, demostrando que no estaba por completo segura de lo que decía - ¡Habíamos dicho que nos mantendríamos alejadas, que no... no...!

- Tu dijiste - Me moví con cautela, dejando la rosa suspendida al lado de ese otro extraño ramillete - Yo asumí que necesitabas tiempo y mantuve mi distancia, pero eso no significa que lo haya aceptado - Las manos me hormiguearon cuando vagaron sobre su camiseta, haciendo alusión a tomar su cintura de una vez por todas - Pero, tal parece que ya hay alguien intentando tomar lo que es mío

Sentí su nerviosismo cuando su pecho impactó contra el mío y cuando mi boca, sin ningún tipo de barrera. Sonreí cuando descubrí sus intentos de mirar sobre su propio hombro y de una mirada asesina, desapareciera el regalo que le había mandado esa misma tarde bajo el acrónimo de "Chica Desconocida". Estaba esperando que me enfrentase, que me lo negara y que me mandara al diablo; solo para reafirmar que debía seguir siendo la misma rompecorazones que había presagiado ese extraño quiebre

- Suéltame - Murmuró en tono desafiante, demasiado bajo para ser un pedido realmente ansiado - No... no... no

- ¿Quién es, Antoinette? - Juguetonamente barrí la piel de su cuello con mis labios - ¿Con quién te estás enrollando?

Los puños se apretaron a sus costados, como si se estuviera obligando a no tocarme

- Tengo a alguien - Lanzó atropelladamente, detenido de súbito mi intento mezquino por tentarla - Ella... ella...

- ¿Te la follaste?

Celos, eso era lo que sentía. No me mal interpreten, no soy tan idiota como para sentir celos de mi misma, pero si me afectaba enormemente saber que estaba equivocada con Antoinette y que ella realmente estaba respetando a esa otra persona. Fue inevitable preguntarme a mi misma si ella había hablado de mi cuando utilizaba esos mensajes para engatusarme

- Cheryl, eso a ti no...

Apreté mis manos contra su cintura

- Déjame decidir a mi lo que me importa o no - Sin cuidado me giré para empotrar su cuerpo contra la puerta - Te hice una pregunta y quiero una respuesta - Podía intuir sus intentos desesperados por rehuir de mi mirada, es por eso por lo que la delicadeza quedó guardada en segundo plano y terminé por coger un puñado de su pelo para impedirlo - Si necesitas que te la repita, lo haré, ¿te estás follando a esa chica, Antoinette Topaz?