Me enamoré de un ¿medio coreano?

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Almuerzo juntos

Termino de transcribir de mi celular a un cuadernillo viejo, la listas de cosas que quiero hacer en corea. Mis ojos repasan otra vez dicha lista con algo de melancolía. La recuerdan, ¿verdad? Pues bien, les platicaré un poco sobre ella.

Esta fue una lista que creé hace no más de un año y medio. Luego de un tiempo de que el esposo de mi tía muriera y las cosas volvieran a ser de nuevo como antes, bueno, en realidad las cosas nunca volvieron a ser de nuevo como antes... Pero después del que el llanto se apaciguara un poco por la pérdida de Oliver, le prometí a mi tía que la llevaría a conocer Corea del sur. Ya mencioné que ella era una fan loca de los dramas asiáticos al igual que yo, ¿no? Pues quería verla feliz, y me esforcé por trabajar muy duro para poder pagar dos vuelos con la expectativa de venir a Corea juntas. Me emocioné mucho con la idea, y supuse que ella también, así que insiste a que creáramos una lista para nuestras pequeñas vacaciones de las cosas que haríamos estando aquí.

Mi real motivación al venir a Corea era por ella, yo sinceramente deseaba que volviera a ser la de antes: con una sonrisa que solía expandir inmensa alegría al que la rodeara, y esperaba que en sus ojos volviera el mismo brillo vivaz con el que solía mirarme cuando me hablaba con ternura. Todo eso lo había preparado con ella, para que nosotras pudiéramos cumplirlo... Pero el destino a veces es cruel y no todo resulta como uno lo planea.

La lista estaba intacta con lo que escribimos ambas, a excepción de una cosa más que agregó ella a dicha lista antes de irse de este mundo. Su letra era bonita, y tenía grandes cualidades para escribir notas larguísimas. Solo que en esta, no hablaba por ella, si no por mí:

"Prometo que superaré todo lo malo que la vida tenga preparado para mí en el futuro. Soy una mujer fuerte, determinada y extraordinaria, no seré tan fácil de apagar como la llama de una vela al soplarse. Cumpliré el sueño de vivir en Corea como siempre lo he deseado y comenzaré una nueva vida, todo desde cero. Haré feliz a mi pequeña familia desde donde sea que esté, e intentaré no estar sola superando los días pesados. Finalmente podré vivir feliz rodeándome de personas que sepan lo que realmente valgo y jamás
me hagan menos."

Te amo, mí Liane.
Cumple tu sueño, cariño.

Sí, eso lo escribió mi tía para que pudiera cumplir todas esas metas por mi propia cuenta. Ella era tan... especial para mí.

Suelto un suspiro dejando la libreta en la mesa, y me froto los ojos con mis nudillos, intentando calmar esa picazón qué comenzó a molestar hacer ya un rato.

Todo empezó por unas simples vacaciones para alegrar a alguien más y terminé por vivir a este país yo sola. Qué loco, ¿cierto?

Desde que me mudé a Corea, mi principal prioridad ha sido completar esta lista. Sentía, y sigo sintiendo, esa extraña necesidad por hacerlo cuanto antes. Pero tal vez tuve que ahorra más para poder completar todas estas cosas yo sola. Con un simple trabajo de camarera, a duras penas me alcanza para pagar el alquiler y la comida. Y eso me frustra.

Cierro la tapa del cuadernillo y me pongo de pie. Camino hasta mi cuarto y guardo el cuadernillo dentro de un cajón que está a un lado de mi cama. Voy hasta el espejo y veo mi atuendo. Es... ¿normal? Unos vaqueros y una camisa blanca dos talles más grandes del que habitualmente uso, la amarré a mi cintura para que quedara como un top. Y en mis pies sólo me puse unas zapatillas de color negro con suelas marrones. Me gusta... ¡Lo que no me gusta es mi cabello!

¡Parece que tengo un nido de pájaros! ¿Qué hago, qué hago, qué hago?

—¿Me pongo una vincha? ¿O una hebilla? ¿Un moño? —hablo conmigo misma mientras me pruebo cada cosa en la cabeza—. No, parezco a Minnie Mouse con este moño —refunfuño tirándolo a la cama.