25

2.9K 542 408
                                    


¿Medio coreano?

Suelto un bostezo y cubro mi boca con la mano izquierda. Intento mantener mis ojos abiertos, cosa que me es un poco imposible porque mis párpados pesan. Embozo una sonrisa forzada cuando Jeong me habla sobre como en la escuela le iba pésimo, pero Tae-oh, con todo el dineral que tenía en ese tiempo, lo ayudó a pasar de año sobornando a no sé quién.

Vaya suerte de ricos.

Estamos en el salón, en la parte del bar, sentados enfrente de la barra. Agito con mi mano, y suma delicadeza, una copa con cóctel Shirley Temple, una bebida sin alcohol porque, ajá, el inexpresivo se negó a que bebiera algo que contuviese siquiera una mínima cantidad de alcohol, dice que porque me pongo más loca de lo que ya estoy, o algo así. Paso un mechón de cabello por detrás de mi oreja, y tomo el cerezo que decora mi cóctel para comerlo.

—Hablando de Tae-oh... como que se está tardando mucho, ¿no?—digo mientras tanteo la barra del bar con mis uñas.

La verdad es que ya hice de todo con Jeong, fuimos de aquí para allá, bailamos un poco y reí cuando el rubio me insultaba en coreano por pisarle los pies. También nos acercamos a personas para preguntar sobre cómo la estaban pasando en el evento; bueno, en realidad Jeong preguntaba, yo solamente estaba como un maniquí sonriente a un lado de él sin entender nada de lo que hablaban «desventajas de no saber coreano». Y todo eso tuve que haberlo hecho con Tae-oh.

Se supone que mi novio falso debería haber estado junto a mí en todo este tiempo, pero no. Aunque no me quejo «tanto», Jeong es divertido, pero tengo sueño, y si tengo sueño, no presto atención a lo que me dicen, y si no presto atención a lo que me dicen, me pongo de malas porque no me gusta dejar a las personas hablando solas.

—Sí — responde con indiferencia y un encogimiento de hombros—. ¿Qué hora es?

—Las doce y media de la noche— digo al encender mi celular—. ¿Cuánto durará este evento?

—No lo sé, mayormente es hasta las dos o tres de la madrugada— aclara.

Ay Dios, qué pesadilla...

Respiro profundo, y tomo lo último que queda de mi cóctel antes de bajarme de la banqueta y poner mis pies en el suelo.

—Necesito ir al baño— anuncio metiendo mi celular en el bolso de mano—. Me dices donde queda, por favor— pido sonriente.

—No creo que Tae-oh quiera que vayas al mismo baño en donde van todos los invitados— apenas lo oigo decir entre tanta gente—, ve al de mi primo.

Alzo sutilmente las cejas, intentando ocultar mi desconcierto.

—Y su baño queda en...

—Su cuarto— completa luego de llevar una copa de vino tinto a sus labios.

—Su cuarto... Claro...—digo con obviedad—. ¿Y dónde queda su cuarto?

—¿No sabes dónde queda su cuarto?—su cara refleja extrañeza.

—Mira, sus padres no sabían que Tae-oh tenía novia, así que nunca me trajo aquí. Y no creo que traer personas a escondidas sea lo suyo; así que no, no sé dónde queda su cuarto— explico con rapidez.

Me mira con los ojos entrecerrados al decir:

—No has entrado a su habitación, ¿eh? Ese chico será virgen hasta la muerte.

—¡Jeong!— exclamo golpeando su hombro, provocando que se ría a carcajadas—. Espera, ¿cómo sabes que Tae-oh es virgen?

El rubio se encoge de hombros.

Me enamoré de un ¿medio coreano?Where stories live. Discover now