Capítulo 46

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11:02pm
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Levanté la cabeza de mi teléfono cuando vi unas Jordan verdes pararse frente a mí.

--Hola. --le sonreí mirándola desde abajo.

--¿Podrías concederme unos minutos? --dijo sonriendo.

Obvio que sí.

--Claro. --me puse en pié. Adoré volver a darme cuenta de que yo soy más alta que ella. --¿Una copa antes?

--Acabo de tomarme una. --no se le borraba la sonrisa de la boca. --Mejor después, sinó me mareo...

Me reí con la boca cerrada y le hice una señal con la cabeza para que me siguiera.
Intentaba dar cada paso con conciencia porque de los nervios me había olvidado de cómo se hacía para caminar. Trataba de aparentar normalidad.
Pero es que tenerla a solas conmigo para poder hablar es lo que llevo esperando desde hace mucho. Lo repito de nuevo.

Salimos por la puerta de entrada y la dejé medio abierta para no quedarnos fuera.
Siendo verano a estas horas se está súper bien en la calle.
Me senté en el tercer escalón y palmeé a mi lado.

--Me acuerdo de cuando me senté aquí y te esperé hasta que llegaras del hospital. --rió nerviosa. --Parece que fué ayer.

--Pues sí... --suspiré y miré al frente. --Qué loca es la vida.

--Oye Chris... --la vi jugando con sus manos. --Siento haber estado tan distante estos últimos meses.

--Tranquila. --la miré de vuelta con una sonrisa. --Entiendo lo ocupada que debes de estar.

Negó con la cabeza y se acomodó un poco para poder verme cara a cara.

--No es por eso, es que yo... --tomó aire. --Me quedé muy mal después de que me dijeras que... que habías besado a Rose.

El corazón me dió un vuelco.
Recuerdo ese día perfectamente. Recuerdo su rostro cuando se lo dije, sus lágrimas, la manera en la que me dijo que me entendía aún estando llorando.

--Y yo cuando me dijiste que te gusta Clairo. --mis ojos se humedecieron sin quererlo.

--Te puedo jurar que yo no me hubiera atrevido a dar el paso si tú no me hubieras confesado eso. --sus ojos brillaron.

--¿Y si alomejor era lo que necesitábamos? --la miré fijamente. --Ambas sabíamos que lo habíamos dejado pero aún así no nos dejábamos ir, tú no sabías que ibas a ser famosa y que viajarías por el mundo y en ese momento necesitábamos distanciarnos. ¿No crees?

--Sí, por eso me distancié por más que me doliera porque yo no podía darte lo que necesitabas, igual que tú tampoco a mí.

Estar mirándola a los ojos me descontrolaba los latidos. Mis manos sudaban y mi pié no dejaba de dar golpecitos en el suelo.

Joder, no me mires así, Billie.

--Entonces ya está. --tragué saliva. --Si necesitabas hablar conmigo para asegurarte de que estamos bien, tranquila. Lo estamos. Ambas hicimos lo que creíamos que era mejor.

Después de eso hubo silencio.
Tan sólo mirábamos al frente sin saber que decir, y ella también estaba nerviosa.
Se lo notaba porque no dejaba de jugar con esa...

Miré rápidamente hacia mi muñeca.
Ella lo notó y también miró hacia allí. Luego se miró la suya y nos miramos a los ojos.
No supe descifrar lo que decía su mirada.

--Sigues llevándola... --casi susurró.

--Sí... --sonreí y acaricié mi pulsera roja.

El jodido hilo rojo.
Ella no debería de haber vuelto, almenos no aún. Su madre seguía en ese centro pero ella ahora es famosa y tiene que viajar.
Y esa fama la trajo a Oakland.
Y nos hemos vuelto a ver.

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