Capítulo 43

909 103 91
                                    

Tuve que mantener la mente fría durante las semanas siguientes.

Oakland se llenó de folletos, carteles publicitarios y de pósters anunciando la llegada de Billie a la ciudad.
Daría el concierto en un pavellón deportivo con una capacidad para siete mil personas.

Todo el instituto hablaba de ello, todos mis amigos hablaban de ello.

Billie es alguien importante para mis padres y para todos nosotros, por lo que es normal que estemos felices de poder verla de nuevo y sobretodo, de poder verla cantar.
Es algo que nos pone la piel de gallina.

Pero yo no sabía disimular las ganas de vomitar que me venían cada vez que pensaba en ella frente a mí otra vez.
Y sobretodo porque sería la primera vez donde nos veríamos después de que todo no es como cuando se fué.
Los nervios se acomulaban en mi estómago cada vez que pensaba en eso.

Me he pasado tantos meses con el dolor de no poder verla y por nuestra ruptura, que cada vez que me la imaginaba sonriéndome me mareaba.
Y Rose lo sabía.
Sabía que me moría por verla y yo me odiaba a mí misma por estar haciéndole daño.

La cantante se encargó de hacernos llegar unas entradas especiales a cada uno de nosotros, incluidos mis padres, Gabe y Rose.
Me controlé el llanto cuando vi el sobre con las tres entradas junto a un papelito con una dedicatoria:

Para que podáis verme cumpliendo mi sueño.
Os veo allí.

Ojalá mi sueño pudiera cumplirse también.

--Vale, entonces Zoe se encarga de las camisetas y Alex de las pancartas. --aclaró el rubio señalándolas con el lápiz.

--Tenemos que decidir lo que vamos a poner en las camisetas. --habló Zoe. --Contemos cuántos somos, alomejor podemos construir una palabra.

--¿Chris? ¿Alguna idea?

El codazo de Alex me devolvió a la Tierra.
Alex, Dylan, Zoe, Rose y Gabe me miraban a la espera de que dijera algo.
Me tiré hacia atrás en la silla y me crucé de brazos.

--Somos ocho. --contesté. --Busquemos una palabra de ocho letras que tenga sentido.

Todos asintieron pensativos menos Alex, que se me quedó mirando.
El camarero nos sirvió los refrescos.

--Podríamos escribir su nombre entre dos camisetas con un corazón. --aportó Rose frente a mí.

Dylan la señaló con el lápiz antes de anotar la palabra en su libreta.

--Oakland tiene siete, pero alguien podría llevar una camiseta con un corazón para completar. --aportó Gabe.

--Me gusta. --dijo Zoe.

Me sentía extraña.
Al principio hablar de Billie entre nosotros estaba como "mal visto", por así decirlo.
Creían que no era bueno para mí que hablaran tanto de ella.
Pero hace unos meses dejaron de tener cuidado porque lo normal es pensar que ya la había superado.

Pero no es así, aunque haya mentido en voz alta frente a Alex o mi madre alguna vez.
Decir algo en voz alta tantas veces hace que se cumpla, ¿no?
Ya, ya sé que no.

No me encontraba bien.
Estaban hablando como si nada sobre el concierto, como si no significara nada verla de nuevo cuando yo tenía una ansiedad y unos nervios de cojones.
Necesitaba desconectar por un momento antes de que llegue el día.

La conversación de Dylan con Alex y los demás la escuchaba a lo lejos.

Zoe me hizo una señal con la mano. --¿Me acompañas al baño?

RED THREADWhere stories live. Discover now