Capítulo 11

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1:26am
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--Esto es lo que vamos a hacer. --Zoe nos miró a todos. --Estamos a punto de entrar y llevamos media hora esperando para algo, no nos vamos a ir. --nos señaló. --Entraré con vosotros para que me pongan la pulsera, luego voy a ir a casa de Billie un momento para asegurarme de que está bien y luego volveré, te llamaré para que salgas a buscarme. --miró a su hermano y este asintió. --Dadme una hora como mucho.

--¿Pero qué ha pasado? --pregunté. --¿Ella está bien?

--Sí... creo. --contestó avanzando en la cola.

Quise preguntarle algo más pero el gorila que había en la puerta nos pidió la documentación, luego pagamos nuestra entrada y finalmente nos pusieron la pulsera con el logo del Flanagan's.

Entramos por la puerta de metal que daba a una pequeña sala oscura con otra puerta al frente, que daba a la discoteca.
Dejamos nuestras chaquetas en el guardaropa donde nos atendió una chica y Zoe se fué con prisas.

--Bueno, chicas. --Dylan se colocó en medio de Alex y yo y abrazó nuestros hombros. --Es hora de un tequila.

--Concuerdo. --dije junto con un suspiro.

Entramos al interior en la misma posición y los tres sonreímos cuando la música inundó nuestros oídos y las luces de neón nos iluminaron.

El Flanagan's es gigante, tiene una pista cuadrada en medio de la sala y alrededor de esta estaban los reservados VIP, donde habían sofás de cuero negro con mesas demasiado elegantes.
Habían unas escaleras apartadas que subían al piso de arriba, donde una de las paredes de todo el pasillo era de cristal para que la gente pudiera ver la pista desde arriba.
Ahí estaban los baños y una sala VIP que no pudimos ver.

--Bien, ya podemos bebernos todo lo que querais. --dijo Alex saliendo del baño.

Iba guapisima, ese vestido plateado se ceñía a su cuerpo a la perfección y su pelo liso y oscuro caía por sus hombros de una manera que parecía haber colocado cada mechón con la intención de que se viera perfecto.
Envidiable.

Bajamos a la pista y le dimos a la camarera el papel de la copa gratis que venía con la entrada.

--¡Riquísimo! --exclamó Dylan probando la bebida. --¡A bailar!

Tomé la mano del chico y Alex mi brazo para no perdernos cuando nos adentráramos en la multitud.
Cuando llegamos al centro comenzamos a bailar.

No me gusta bailar, sólo bailo cuando estoy ébria, así que al principio sólo me movía un poco y animaba a esos dos. Hasta que me terminé la copa, ahí me animé un poco más.

--Amiga, necesitas otra copa. --Alex gritó en mi oído.

--¡Estoy bien!

Ella negó con la cabeza.

--¡Ahora volvemos! --le gritó a Dylan.

El rubio nos sonrió levantando su copa casi vacía y Alex y yo volvimos a la barra.

--Las clientas más rápidas en volver. --nos dijo la misma camarera de antes.

--Teníamos sed. --contesté sentandome en la silla.

--¿Lo mismo de antes? --preguntó mirándome.

Yo asentí y empezó a preparar las copas frente a nosotras.
Me fijé en sus tatuajes porque tenía los dos brazos llenos y descubiertos.
Alex me dió un pequeño codazo para captar mi atención.

--Te está mirando mucho. --susurró en mi oído.

Al ver mi cara de no entender de qué hablaba, señaló a la camarera con su cabeza.
La analicé disimuladamente y sí, sus ojos se movían de las copas hacia mí de vez en cuando y al ver que yo la miraba, me sonreía.

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