Capítulo 41

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11:30am
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Al día siguiente volví a clases.
Mi madre entró a mi habitación anoche en mitad de la madrugada y me desahogué con ella.

Lo de estar enferma ya no servía.

Me ayudó mucho poder llorar sobre su hombro mientras ella entendía cada palabra que salía de mi boca.
Me aconsejó y me hizo entender muchas cosas. Me abrazó y terminó durmiendo a mi lado toda la noche.

Por la mañana traté de disimular mi aspecto de mierda con maquillaje y aunque sirvió de poco, algo de efecto hizo.

--Y la cosa quedó ahí... --suspiré. --Supongo que este momento iba a llegar tarde o temprano.

Alex arrastró su mano sobre la mesa para colocarla sobre las mias, que aunque jugaba con mis dedos para disimular el temblor en ellas, no sirvió.

--Todos pensamos lo mismo. --habló Dylan a mi lado. --Sufríamos mucho viendo como lo habíais dejado pero nunca lo hicísteis del todo. Esto tenía que pasar.

Me encogí de hombros y me limité a observar detenidamente mi taza de café.

--Cuando rompes con alguien o te separas de alguien, que te guste otra persona con el tiempo es lo más normal del mundo. --añadió Alex. --No tienes que sentirte así.

--Y tienes que hablar con ella.

Levanté la mirada hacia el rubio. --¿Con Rose?

--Bueno, te fuiste corriendo de la casa y has desaparecido por tres días, la chica está que se sube por las paredes. --dijo mi amiga. --Se siente fatal.

--¡Hola!

Christian apareció en la cafetería y se sentó junto a Alex, frente a mí.
La sonrisa que traía en los morros se borró cuando vió nuestras caras y notó el silencio.

--Oh... ¿interrumpo algo?

--Chris está en la fase de sup...

--Estoy bien. --interrumpí a Alex y miré al chico con una sonrisa. --Sólo que he besado a Rose, se lo he dicho a Billie, me ha confesado que le gusta Clairo y me he pasado la noche llorando.

Los ojos de Christian me dieron a entender lo preocupado que se quedó tras mi confesión.

--¿Necesitas una fiesta? --arrastró su mano y la colocó sobre la de Alex, que seguía sobre las mías.

--En tu casa, con mucho alcohol y con el agua de la piscina calentita. --respondí y nos sonreímos a la vez.

--El sábado a las ocho en mi casa, haré una difusión para los del Castlemont y el Skyline. --zanjó Christian. --Le diré a mi tía que mi madre tiene muchas ganas de hacerle una visita.

--Eres un puto genio. --le dijo Dylan.

--Tú, hermano del año. --se burló la morena de su novio. --Este sábado es el cumpleaños de Zoe.

Todos abrimos los ojos como platos.
¿Nos habíamos olvidado?
Bueno, así somos los mejores amigos.

--¡Hostia! --gritó Dylan llevándose las manos a la cabeza. --¡El regalo!

--Yo lo tengo desde hace unas semanas. --sonreí victoriosa. --Aprende. --le regalé un guiño.

--¿Y si celebramos una fiesta en mi casa en honor al cumpleaños de Zoe? Algo así de sorpresa. --aportó Christian.

--Dijo que no quería sorpresas, pero la última fiesta en tu casa le gustó y si le decimos que Nick ha colaborado, no se quejará. --habló el hermano.

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