Malfoy & Me

LA BATALLA FINAL (II)

J.J. P.V.O

Escucho dos espadas chocar, pero no veo nada porque he cerrado los ojos. Quiero que ese mortífago acabe cuanto antes con mi vida.

GINNY P.V.O

Harry me coge la mano y me susurra un "te quiero" antes de empezar a luchar contra un seguidor de Voldemort. Yo hago lo mismo. No me cuesta mucho acabar con él, pues he atendido en clase de Esgrima y me he vuelto muy ágil. Pero no me ha ayudado eso, lo que realmente me ha ayudado es que mi rival es bajo y lento. Me acerco a él. Tengo que verle la cara.

Le quito la máscara y observo el rostro de la persona a quien acabo de asesinar.

— Goyle —susurro...

HARRY P.V.O

Al darme la vuelta después de matar al mortífago que me ha atacado, me encuentro a Ginny llorando sobre un cadáver. Cuando me acerco, la entiendo: acaba de matar a Goyle.

El chico no nos caía mal de todo, y sospechábamos que era mortífago, pero no queríamos matarlo. Por eso entiendo cómo se siente, aunque tengo que ayudarla a salir del estado de shock, pues si no se recupera pronto, cuando la ataquen será vulnerable.

La abrazo y parece que vuelve en sí

— Lo... lo he... m-matado —dice entre sollozos e hipidos.

Le limpio las lágrimas y la aprieto contra mí.

— No tenías otra opción —le digo.

La obligo a mirarme a los ojos. Y con eso, ella entiende todo lo que quiero decir. Asiente con la cabeza.

— Te quiero —le digo besándola a los labios.

— Te quiero —dice ella apretando con fuerza la espada y poniéndose en una pose de ataque.

HERMIONE P.V.O

Ver a toda esta gente muerta, luchando o simplemente mirando sin saber qué hacer, me pone nerviosa, triste y furiosa. Todo a la vez. He conseguido una espada del mortífago al que ha matado Neville, que lucha con mucha valentía unos metros más allá, pero no consigo empuñarla con fuerza.

La levanto un poco, sí, cuando un mortífago viene corriendo hacia mí con cara de loco, pero Ron se interpone entre él y yo. Empiezan a luchar.

Como puede, Ron recibe y da. No puedo saber con exactitud quién va perdiendo y quién va ganando, por eso me pongo nerviosa. La lluvia sigue cayendo y eso complica las cosas, pues hace que a los que luchan, les resbalen las espadas.

— Hermione —me llama Ron, entre jadeos y esquivando al mortífago que lucha contra él.

— ¡Dime!

— Quiero que sepas que... —se defiende de un ataque— sino salgo de ésta —ataca ahora él — que sepas que... —lo mata y se acerca a mí—... Te quiero —con brazo libre pasa un brazo por mi cintura y me besa.

Me ruborizo, pero le devuelvo el beso.

FRED P.V.O

A pesar de que esta batalla ni nos va ni nos viene, me he puesto a luchar. Harry ha matado a un mortífago, así que le he quitado la espada a ése. Cuando la cojo y me doy la vuelta, pillo a mi hermano pequeño besando a Hermione. Dios, ¡y me decían a mí! O sea, me quejo porque Voldemort ataca en un día para descansar, ¿y ellos se ponen a besarse en medio de una batalla donde muere gente?

Me alegra que el zanahoria por fin se halla declarado, pero ya podría haber escogido otro momento.

Además, tengo que hacerles de niñera, porque se les está acercando un mortífago. Me libro de él rápidamente y separo a la-pareja-feliz-que-poco-le-imoporta-estar-en-una-batalla-para-besarse. Ron me lo agradece y empiezan a luchar. Más les faltaba: ¡no pienso hacer el trabajo de los demás!

GEORGE P.V.O

Mierda. Es que matas a un mortífago y te salen otros cinco. ¡Son como cucarachas!

DRACO P.V.O

La batalla está siendo desagradable y absurda. ¿Por qué Voldemort tiene que empeñarse en matar a Dumbledore sólo porque de joven le quitó un trabajo sumamente importante? No sé qué trabajo sería ese, porque poco me importa. Lo que me importa es la amenaza que me ha hecho:

— O te libras de esa Beckett, o lo hago yo con mis propias manos —me dijo con una voz tan fría que me heló la sangre.

No le gusta que sus mortífagos se mezclen con gente que no son como nosotros. Si es así, uno de los dos debe morir. En este caso, Voldemort ha dedcidido que muera ella, porque según él, me ha cogido cariño. Pero yo creo que eso es imposible.

Desenvaino mi espada y ataco a un chico de primero de bachillerato, de la casa de Hufflepuff. En menos de lo que se dice J.J., está muerto. J.J.... Tengo que buscarla. Corre peligro.

Como es obvio, le dije a Voldemort que yo no quería matarla. Me negué rotundamente. Entonces mandó un chico a que averiguara todo lo posible sobre J.J., para luego, hacerla sufrir todo lo posible haciendo daño a lo que más quiere. Ese chico, obviamente, es Daniel.

A lo lejos veo a un mortífago apuntando con su espada a mi futura mujer. No me hace falta acercarme para saber quién es: Barty Crouch. Saca la lengua como un loco poseso.

Levanto la espada y le corto el cuello, arrancando así la cabeza del tronco. Con mucha agilidad, cojo la espada antes de que caiga, de modo que queda solo a un par de milímetros de la cara de J.J., quien permanece con los ojos cerrados, aguardando una muerte que de momento, no va a llegar. No al menos si estoy yo aquí.