Malfoy & Me

DOMINGO

Ya es domingo. Pero al menos me despierto con la atenta mirada de Draco clavada en mí, que sonríe al verme parpadear.

— Hoy he llamado a un sirviente —me dice.

— ¿Tú o tus padres? —pregunto entre risas.

— Ja. Ja. —replica él.

Se levanta y se mete en el cuarto de baño. Siento el impulso de ir tras él, así que entro en el baño y lo pillo quitándose los calzoncillos.

— Señorita Malfoy, ¿quiere ducharse conmigo? —me pregunta, completamente desnudo y tendiéndome una mano.

Yo asiento.

— Limpiáte esa baba —me dice Hagrid.

— ¡Dios, vete!

— Vale, vale —replica.

— Por supuesto —Le cojo la mano y ambos nos duchamos juntos. La ducha es bastante grande, así que tenemos espacio de sobra.

— ¿Me pasas el gel? —le pregunto a Draco imitando su sonrisa.

El agua nos cae a ambos por el cuerpo, caliente.

Él me pasa el gel, pero cuando voy a cogerlo, lo aparta, jugando.

— ¿Quieres que te enjabone yo? —me pregunta con una voz de pervertido.

Asiento con la cabeza y empieza a enjabonarme. Empieza por los hombros, baja por los brazos. Siempre mirándome con esos ojos de plata líquida, esos ojos que enamoran.

Ahora me enjabona los pechos, lanzando gemidos.

— ¿Draco? —pregunto entre risas.

— ¿Qué? —dice con tono de queja—. No me interrumpas —dice mientras me besa.

Baja por el ombligo. Donde se detiene para hacer un círculo en mi vientre. Y sigue bajando...

——————

Con cuidado, me pone contra la pared y aprieta su cuerpo contra el mío, besándome. La temperatura en nuestros cuerpos sube, pero el agua empieza a salir fría. No me importa.

Poco a poco, él y yo, nos volvemos uno.

——————

— ¿Has recogido todas tus cosas? —pregunta Draco desde el comedor.

— ¡Sí! —digo desde el vestuario. Lo voy a echar de menos.

— Venga, deprisa —insiste Draco—. Nuestra limusina espera.

— ¡Ya voy, ya voy!

Salgo y me encuentro a Draco en el salón, con su maleta. Va vestido con un elegante traje negro que hace que se le vea sexi.

Me acerco y le beso. Casi parecemos un matrimonio.