EL HOTEL 5 ESTRELLAS (II)

958 54 22
                                    

Me tiro en el sofá y enciendo la televisión mientras Draco se ríe. Cuando él acaba de preparar un par de copas con vino, se acerca a mí y se sienta a mi lado. Me ofrece una y empieza a ver el programa que estoy viendo yo. Me comenta que nunca había visto eso, y que le parece un parece un poco vergonzoso que la gente se muestre en una casa llena de cámaras. Dice que él nunca lo haría.

Después de eso llama a recepción y pide la cena. Yo preparo la mesa y pongo música de fondo. Oigo cómo se pone a discutir Draco con alguien porque no le entienden bien qué quiere. Es que está pidiendo una cosa muy rara...

Cuando acaba de discutir, se acerca a mí y me besa.

— Tengo mejores trapos que eso que llevas puesto —me dice mirándome de arriba a abajo.

Me ruborizo.

El rubio me acompaña a una habitación. Cuando la abre, me quedo totalmente asombrada: es un vestidor gigante, ¡y para mí sola! Está lleno de vestidos, zapatos, joyas...

Me acerco a uno de los vestidos y veo uno con los colores de Slytherin. Sonrío.

— No me refería a ése —dice Draco sonriendo de medio lado y poniéndose a mi lado. Saca un vestido color rojo, como el de las rosas, que deja ver mucho. — Sino a éste.

Mientras me lo tiende, pone cara de perverso, pero me acerco al probador y me lo pongo. La verdad es que el vestido me viene como anillo al dedo, parece que me haya sacado las medidas y todo. Aunque no sé si lo ha hecho a posta, pero el vestido me va muy por encima de las rodillas. Además, deja la espalda casi a cubierto del todo.

Cuando aparto las cortinas del vestidor, me encuentro a Draco con un par de tacones en la mano mientras silba.

— ¡Vaya!... —exclama con una impecable sonrisa.

Yo se la devuelvo y le cojo los tacones.

— Supongo que no eran para ti —bromeo.

Iba a decirme algo, una tontería seguro, pero justo en ese momento llaman a la puerta.

— Ya voy yo, cielo —dice mientras se marcha a abrir la puerta.

Yo me quedo en el vestidor, donde también hay maquillaje, y me maquillo un poco. Tampoco me gusta echarme media caja de pinturas. Aunque cuando miro el reloj de pared (chica, este vestidor tiene de todo), veo que he tratado bastante.

Salgo y me encuentro a Draco sujetando un par de copas de champán, que al verme coloca en un cubitero al lado de la mesa. Me quedo con la boca abierta. ¡Ha puesto velas en la mesa y por todos lados y ha apagado las luces normales! Sólo nos alumbramos por la tenue luz de las velas, pero me gusta, queda más romántico.

———————

Cuando acabamos de cenar, miro a Draco. Hoy más que nunca me gustan sus ojos de plata líquida.

Y entonces caigo en la cuenta. ¿Cómo he sido tan tonta por no recordarlo?

— ¡Mis padres! —exclamo— ¡Se van a preocupar si no saben dónde estoy!

Draco se ríe al verme.

— Ellos saben dónde estás. Además... Les he hecho un regalo para que se queden más seguros de que estarás bien.

Pongo las cejas en arco.

— ¿C-cómo dices?

Él sonríe.

— Les he pagado un viaje al Caribe para todo el fin de semana.

Encaro ambas cejas y me quedo con la boca abierta. Pero entonces... Pero no tengo que pensarlo más porque Draco responde a mis pensamientos.

— A tu hermano lo he enviado a Ibiza —sonrío. Siempre había querdio ir allí. Dice que hay mucha fiesta.— Y no quiero presumir, pero los he enviado en buisness.

— ¡Qué tonto que eres! —exclamo entre risas.

— Sí, pero soy tu tonto.

——————

Recogemos la mesa entre los dos.

— ¿No deberíamos llamar al servicio?

Draco se ríe a carcajadas.

— Señorita Malfoy —dice adoptando la voz del chófer — se está usted acostumbrando a la buena vida.

Me río y entonces caigo en ...

— ¿Señorita Malfoy? —le pregunto riéndome más fuerte.

Él asiente con la cabeza y sonríe. Se acerca a mí, me abraza, me besa en la frente y en un susurro dice algo que me hace estremecer:

— Sí, porque espero que algún día nos casemos.

Malfoy & MeWhere stories live. Discover now