Malfoy & Me

SORPRESA

Y además, no sé cómo se las ha apañado para colocar TODA la ropa en un baúl. Este chico, realmente es diferente.

Pero tengo que mantener una charla LARGA Y SERIA con él. Nada de besos que interrumpan.

Bajo a la sala común, pero no está, así que me toca subir a su dormitorio. Terreno peligroso... Llamo a la puerta unas tres veces y me abre un Draco despampanante:  en pantalón corto y sin camisa. UF, qué músculos.

¡Hagrid, te necsito! Enseguida acude a mi mente un Hagrid barbudo poniendo poses sexis, pero que a mi me resultan desagradables, la verdad. Aunque son efectivas para este tipo de ocasiones.

Miro hacia otro lado y digo:

— ¿Puedes ponerte algo encima, por favor?

— Si quieres me puedo quitar el pantalón, creo que es justo.

Dice, e inmediatamente sé de lo que habla: anoche me desnudó para ponerme el pijama.

Ya no me importa que no tenga nada más que el pantalón, me giro hacia él y lo miro fijamente a sus ojos grises:

— ¡Pedazo de imbécil! ¿Por qué me desnudaste anoche?

Mientras se encoje de hombros, dice:

— ¿Preferías dormir con la túnica y demás?

— Pues sí —digo desafiante.

Aunque yo sé que miento.

— Bueno, en ese caso, discúlpame.

Desde que ha abierto la puerta no ha sonreído, cosa que me extraña. Algo le habrá pasado. Desde ayer, creo... Cuando lo pillé llorando.

Su brazo izquierdo... ¡Se había bajado la manga de su brazo izquierdo rápidamente para que yo no lo viera!

Echo un vistazo a su brazo izquierdo, así como quien no quiere la cosa, y veo que tiene un tatuaje de una calavera con la boca abierta y una serpiente saliendo de ella.

Draco se da cuenta de que lo he visto y se esconde el brazo. De un empujón, como el que me dio Pansy, me estampa contra la pared, agresivamente.

— No digas nada de lo que acabas de ver a nadie, ¿entendido?

Me coje del cuello, así que lo único que puedo decir es...

— Entendido —como si fuese una sumisa.

Cuando me quita la mano de encima, me llevo las mías al cuello. Me duele mucho. Pero tengo miedo de moverme de aquí. Tengo miedo de que Draco se ponga aún más agresivo y venga corriendo detrás de mí. Tengo miedo a Draco...

—————

Al final me dejó ir, porque se metió en su habitación y cerró de un portazo.

Ahora estoy en mi habitación, poniéndome una bufanda para taparme el cuello, lleno de hematomas por culpa de ese estúpido Draco. Dios, lo voy a matar. Juro que me vengaré.

— ¡Sorpesa! —dice una voz entrando por mi puerta.

Es mamá, a la que le sigue papá.

Me giro tan de repente que le doy con mi corto pelo a papá en la cara, que venía a abrazarme.

Él se frota los ojos, pues algún que otro pelo ha acabado en sus ojos, mamá se ríe.

— ¿Qué pasa? —le pregunto a mamá.

Ella se acerca a mí y junto con mi padre, ambos imitan el redoble de tambores.

— ¡Los Weasley nos han invitado a su casa! —exclaman papá y mamá a la vez.

Se nota que esto ya estaba ensayado.