ZAPATAZO

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Es la una de la madrugada o así cuando algo me despierta. Al abrir los ojos, me entran ganas de pegarle un puñetazo a Harry Potter. Ese mal nacido (con cariño, ¿eh? no me vayas a leer la mente...) se cuela en mi habitación para despertar a su novia, y a ella encima no le gusta, porque gruñe. Aunque cuando se despeja un poco, accede.

Al minuto o así viene Ron, que me mira un segundo, me dedica un "Hola" insignificantemente, se tumba sobre la cama y se pone a roncar. ¿A caso no se ha dado cuenta de que está durmiendo con Hermione y conmigo?

Zarandeo un poco a Ron, hasta que consigo que se despierte. Me mira con cara de "¿Qué quieres? ¿No ves que estoy durmiendo, pedazo de idiota?". Sin embargo, pregunta esto otro:

— ¿Sí?

— ¡Que estás en una cama con dos chicas más, idiota! —susurro, aunque un poco fuerte, porque noto cómo se mueve Hermione en su parte de la cama.

Cuando Ron escucha lo que acabo de decirle, sonríe como un perverso.

— ¿En qué estas pensando? —le digo ya un poco molesta.

— En ti y... —se calla al ver mi cara. — Mejor me voy — dice rápidamente mientras se levanta.

— Sí, mejor.

Me vuelvo a dormir. Pero algo me despierta de nuevo. Me giro y veo que es Ron, que se frota la cabeza.

— ¿Y ahora qué? —susurro, fuera de mis casillas.

— He ido a abrir la puerta, y me los he encontrado en la cama... ya sabes. Como les he dicho que tú me has echado de tu habitación, ¡me han lanzado un zapato cada uno! El de Ginny, que venía con más fuerza, me ha dado en plena frente.

— ¿Y?

— Que tendré que dormir aquí.

Bufo como un gato malhumorado y le hago un hueco al pesado de Ron. Me vuelvo a dormir. Y empiezo a soñar cuando alguien me despierta. ¡DIOS! ¿¿¿QUIÉN DEMONIOS ES AHORA???

Me levanto echa una furia, miro a mis lados. Hermione y Ron siguen durmiendo. ¿Y entonces quién es ahora? Seguro que son o Harry o Ginny.

Cuando salgo de la cama, hecha más que una simple furia, casi me parezco a Ares después de perder una batalla (si le es posible, no entiendo mucho de mitología griega), me encuentro con el rubio. El rubio... ¡Draco! Pero no sé si es real o no...

Me acerco a él, pero empiezo a verle borroso, porque por mis ojos expulsan las lágrimas que me quedan. Antes de decir nada, él me coge de la mano para llevarme a la habitación de enfrente, la de nuestros futuros hijos.

Dejo a Ron roncando y a Hermione abrazada a su nutria.

Draco abre la puerta y me cede el paso. La habitación está oscura, y Draco no se preocupa mucho por encender la luz, sino que lo primero que hace es cerrar la puerta. Luego me mira, serio.

— Corres peligro.

¿Qué? Llevo sin verlo más de medio año y ¿lo primero que me dice es eso?

Pero interrumpe mis pensamientos dejándome atrapada entre él y la pared. Pone un brazo apoyado en la pared a la altura de mi cabeza y el otro brazo lo pasa por mi cintura. Apoya su frente en la mía y susurra lo que siempre le he querido oír decir:

— Te amo.

Y antes de que pueda decir nada más, se marcha. Sin besarme, sin abrazarme. Solo me ha dedicado dos frases. Dos jodidas frases en más de medio año.

Malfoy & MeWhere stories live. Discover now