CONFESIÓN

1.3K 77 16
                                    

Es tarde. Hace unas horas he dejado a Pansy en su cama, llorando. La ruptura con Draco la ha dejado, por así decirlo, trastornada.

Yo no aguantaba más en mi cama, no podía dormir, me han pasado muchas cosas. El beso con Ron sobre todo. Es impresionante lo que puede llegar a cambiar una persona. Al principio no me había ni fijado en Ron, cierto, pero cuando me ha besado antes... He sentido algo especial, bonito.

Por fin me he sentado en el sillón sin que haya nadie debajo, las ventajas de ser tan tarde.

Me recuesto en el sillón y admiro las llamas que salen de la chimenea. Poco a poco empiezo a dormirme. Pero un ruido proveniente de una puerta al abrirse hace que me sobresalte. Decido esconderme detrás de la mesa y ver quién es.

Por las escaleras baja un chico rubio, elegante y sexi. Draco. Siempre Draco.

Pongo los ojos en blanco y permanezco quieta, atenta a lo que pueda pasar.

Draco se sienta en el sillón del que yo me acabo de levantar y sonríe de medio lado. Entonces, ocurre algo que hace que me hiele la sangre.

— Sal —dice, sin mirar a ningún lado—. Sal, Beckett, sé que estás aquí.

¿Salgo? No tengo por qué, los valientes son los de Gryffindor, no los de Slytherin. Pero quiero ver qué pasa si me levanto.

Así que lo hago y me muestro. Él me mira y saca esa sonrisa suya intimidante. Mis pelos se ponen de punta.

— ¿Cómo sabías que estaba aquí? —pregunto.

Él se ríe.

— Éste sillón está caliente todavía. Éstedice remarcando "éste"—. Tu favorito. Y a estas horas la única que podía estar levantada eras tú.

Lo miro desafiante. Me da miedo que me conozca tan bien. Así que me siento en otro sillón y lo observo. Se me ocurre otra pregunta.

— ¿Qué haces tú aquí?

Él se encoje de hombros.

— Dejar a Pansy me ha dejado dolido —se ríe. Pero no detecto el tipo de risa. Me da miedo.

— Sí, ya. Como si a ti te importara alguien.

Draco se pone tenso.

— Mis padres, por ejemplo —dice, mirándome con los ojos entrecerrados.

Suelto una risa socarrona. Ja.

— Digo a parte de tu papi y de tu mami —digo con tono burlón.

Draco pone los ojos en blanco y se levanta. Se pone frente a la chimenea y observa el fuego, pensativo. La tenue luz de las llamas hace que sus rasgos sean más sexis todavía.

No debes, no debes. Hagrid desnudo, Hagrid en calzoncillos de patitos... Draco desnudo... Draco encima de ...

— ¡NO! —se me escapa en voz alta.

Draco se gira y me mira, confundido.

— ¿Te pasa algo?

— Tú, ¿preocupándote por mí? Qué alentador...

— No me subestimes — dice mientras se acerca a mí.

Me estremezco, me hundo en el sillón y deseo que la Tierra me trague. Trágame, trágame...

— ¡TRÁGAME! —Mierda, otra vez no...

— ¿Quieres que te trague? —pregunta Draco divertido mientras sonríe maliciosamente.

¿Ahora qué le digo?

— Esto... He dicho bésame —¡eso no estúpida, eso no!— ¡No, no! He dicho... ¡déjame! Sí, eso he dicho.

Draco para divertirse mucho.

— ¿Quieres que te deje o que te bese? —pregunta Draco acercándose a mí. Así es imposible resistirse.

Antes de que pueda responder, él ya me ha besado.

Ron. ¡RON! Estás con Ron, idiota. Ron, Ron, Ron...

Me separo de Draco e inmediatamente me levanto del sillón, dejándolo atónito.

Entre susurros, dice.

— Me gustas...

Pero yo no puedo contestar lo mismo.

Malfoy & MeWhere stories live. Discover now