Capítulo 20:

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El timbre de la puerta principal resonó por toda la casa. Alcé mis ojos de los apuntes que tenía delante de mí, y le dediqué una mirada suplicante a Jed, quien se encontraba sentado en el sillón contiguo al mío.

- Yo abro, tranquila- comentó, riéndose un poco y yendo en esa dirección.

Les juro que me encontraba a dos proyectos de volverme completamente loca.

A los pocos segundos Carla entró en la sala de estar, le dediqué una sonrisa a modo de saludo, pero ella ni siquiera me miró. Llevaba puesta cara de shock total, se sentó en el sillón que antes ocupaba mi prometido y se quedó mirando en dirección a la ventana fijamente. La observé con curiosidad, al tiempo que Jed y mi hermano se nos unieron.

- ¿Qué le pasa?- le preguntó Jed a su mejor amigo, señalando a la castaña con un movimiento de cabeza.

Mi hermano soltó un suspiro en el que dejó caer los hombros.

- Son dos- farfulló mi mejor amiga en un tono casi ineludible.

Puse mi cuaderno de notas sobre la mesa de café, me eché hacia adelante en el asiento y me le acerqué más.

- ¿Qué?

- Que son gemelos- informó Jace más allá.

Abrí los ojos como platos, estupefacta. Jed repitió mi gesto, y los observó a ambos con el ceño fruncido.

- ¿Quiénes son gemelos?- articuló mirándome.

- Creo que Carla está embarazada de gemelos- la miré-, ¿no es así?

La castaña escondió el rostro entre sus manos y soltó un largo suspiro.

- ¿Cómo se supone que voy a criar a dos niños?- inquirió, mirándome-. A la vez, además. Casi no me puedo cuidar ni yo, ¿cómo demonios voy a tener a dos bebés bajo mi cargo?- lloriqueó, poniéndose de pie.

- Cariño- la llamó Jace-. No digas eso, sabes que no es así. Lo harás de maravilla- dijo en tono bajo, intentando calmarla.

- ¡No, Jace! ¡Sabes que no es así!- escupió mi mejor amiga-. Puedo con un bebé, vale incluso con dos, ¡pero no a la vez, por Dios santo!

Con mucho disimulo me puse de pie y miré a Jed, quien los estaba mirando desde el otro lado de la habitación.

- Cariño- lo llamé-, creo que deberíamos dejarlos solos. Para que hablen... y eso.

El castaño asintió y me siguió hasta nuestro dormitorio. Cerró la puerta detrás de él, al mismo tiempo que me dejé caer en la cama.

- ¿Qué crees que suceda después de esto?- me preguntó, refiriéndose a la pareja.

Me encogí de hombros.

- Honestamente, no tengo ni idea de lo que pasará ahora- contesté con mucha sinceridad-. Carla estaba muy emocionada, pero porque creía que era un bebé, pero ya dos...- ladeé la cabeza.

Giré mi rostro para mirarlo.

- A mi me parece que saldrán de esta- elevó un hombro para hacer un encogimiento-. Están muy emocionados con la idea de tener un hijo, y sé que Jace no va a querer que Carla se interrumpa el embarazo.

- Ella tampoco lo hará- repuse enseguida-. La conozco, y ahora mismo está en medio de una crisis, pero ya quiere demasiado a esos niños como para abortar.

En serio lo creía. Desde que descubrió que estaba embarazada se puso muy feliz, incluso le asustaba que mi hermano no quisiera ser padre, y tener que hacerlo sola. Estaba decidida a ser madre, y una persona con esa seguridad no cambia de parecer sólo porque las cosas se pongan un poco más difíciles, o bueno, eso es lo que yo creía.

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