Capítulo 11:

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Caminé con pasos lentos hasta la improvisada tienda que Jed había montado. Se veía hermosa, completamente iluminada por los pequeños focos de color ambarino.

La emoción que sentía era demasiada para mi pobre alma. Nunca nadie me había preparado algo así, y justo Jed lo había hecho. Era como estar en un sueño; como si flotara.

— Esto es hermoso— repetí, mirando con fascinación las árboles al fondo del patio.

— Sabía que te gustaría— dijo Jed a mi espalda.

Me giré para mirarlo. Con la coloración de la luz golpeándolo, su cabello se veía rubio, y sus ojos de un color más bien verdoso. Era demasiado guapo.

— Así que eres todo un romántico— dije entonces, pichándolo.

El castaño puso cara de asco.

— Esto no es romántico— negó—. Para nada. No, no lo es.

Solté una carcajada.

Claro que lo era.

— Gracias, Jed— agradecí con todo mi corazón.

El chico hizo un gesto con la mano para restarle importancia.

— No es para tanto, así que deja de agradecerme ya— ordenó, divertido—. Además, era esto o llevarte a Hamburgo— solté una carcajada al recordar que también había escrito eso en mi diario—. Y ahora mismo no tengo los dos mil dólares que cuesta el pasaje— se encogió de hombros, muy casual.

Espera, ¿cómo sabía él que eran dos mil dólares? ¿Había averiguado?

Dios, ¡era demasiado!

Deja de repetir la palabra 'demasiado'. Aburres, cariña.

Vi que Jed sacó su celular y deslizó uno de sus dedos ágilmente por la pantalla táctil, segundos después comenzó a escucharse música proveniente de la parte más pegada al bosque detrás de la casa. Volví a dedicarle una mirada sorprendida.

La canción que sonaba a metros de nosotros, era Perfect.

Me quería morir, ya, básicamente.

El castaño extendió una mano en mi dirección, y se inclinó un poco, haciendo una diminuta reverencia.

— Chucky, ¿me harías el honor de concederme este baile?

Me reí un poco, pero le seguí la corriente. Deposité mi mano sobre la suya, e imité su gesto.

— Sería un placer, Jedi.

Él se incorporó con una sonrisa igual a la mía, y me jaló suavemente para pegarme a su cuerpo. Se quedó sosteniendo mi mano, y pasó la otra por la parte baja de mi espalda. Por mi parte, yo puse mi mano izquierda sobre su hombro. Entonces comenzamos a bailar lentamente, balanceándonos con suavidad de un lado a otro.

Podía sentir el olor de Jed por la cercanía; olía a colonia masculina. No pude evitarlo y cerré los ojos para inhalar mejor su aroma. En ese momento, él nos hizo separarnos para darme una vuelta sobre mi propio eje, cosa que me hizo reír a carcajadas. Mientras, la música seguía llenando el silencio de la madrugada.

'Cause we were just kids when we fell in love
Not knowing what it was
I will now give you all this time.

Darling just hold my hand
Be my girl, I'll be your man
I see my future in your eyes.'

Imaginé que algunos vecinos podrían estar extrañados de escuchar música a estas horas, y más, proveniente de esta casa, pero no le di mucha importancia cuando los minutos pasaron y ningún curioso se asomó a ver lo que pasaba.

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