❀ Prólogo.

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—Por favor papi... ¡Por favor! —gimotea Amy dando pequeños saltitos poniendo su mejor imitación del gatito de Sherk.

—No hermosa, tu cumpleaños anterior ya fue de princesas, ¿No quieres cambiar la temática? —suspira Louis, llevando su mano a su frente para disipar la frustración.

— ¡No!, ¡Adoro a las princesas! —la pequeña mueve sus piecitos sentada en la silla. Ni siquiera las puntas llegan al suelo.

—Pero hay muchas cosas interesantes, ¿Qué tal superhéroes? — pregunta él emocionado. Amy niega.

—Eso es para niños —arruga su pequeña nariz.

— ¿Y Dora la exploradora? ¡Tú amabas a Dora! —se coloca de cuclillas para estar más a su altura. La niña parece ofendida por su comentario.

— ¡Hace tres años! —réplica levantando sus manos por encima de su cabeza alarmada— ¿Cuántos años crees que tengo papá?

Una punzada de dolor se extiende en el pecho del hombre cuando se da cuenta de que no pasa tiempo suficiente con su única hija. ¿Cómo es posible que no sepa que Dora ya no le gusta? ¡Eso es más que inaceptable! Claro que sabe cuántos años tiene, ¡Es su hija! Pero la empresa de la que es cabeza ocupa más tiempo del que desearía.

—A ti te gustan los animales, ¿No? —le acaricia la mejilla regordeta con cariño—¿Qué tal una al estilo Libro de la Selva? O, ¿El Rey León? Papi puede traer un tigre real si quieres, incluso rentar un zoológico.

—No quiero eso... ¡Quiero una fiesta de princesas! ¡Solo una fiesta de princesas! —los ojitos de Amy le ruegan. Louis puede percibir a la perfección como su alma se corrompe lentamente.

Deja escapar el aire que retenía, tratando de convencerla.

— ¡Pero papi puede hacer cualquier cosa! ¿Para qué una fiesta de princesas? —toma su pequeña manita y la aprieta. Amy suspira pesadamente.

—Por favor... —balbucea con pequeñas lágrimas asomándose por sus ojos.

El alma de Louis está a punto de romperse, su hija es su adoración. No puede soportar siquiera que alguien ponga sus manos sucias sobre ella o le haga daño, peor si es él quien la está lastimando ahora. Se siente como una puñalada en el corazón.

Es una niña pequeña, es su niña pequeña.

—Pero cumpliras seis años, Amy, ¿No quieres algo especial? —pasa su pulgar suavemente antes de que la primera lágrima caiga.

No puede permitirse verla llorar sin hacer nada. Es su padre, debe hacer lo que sea por Amy, incluso repetir cada año la misma fiesta.

—Una fiesta de princesas es especial, aún más si es papá quien la hace —sorbe ella por la nariz.

—Oh, eso es tan lindo, pequeña —aprieta su pequeña nariz cariñosamente—. Pero, ¿Por qué princesas?

—Porque amo a las princesas, y tú dices que soy tu princesa, ¿O no lo soy, papá? —dice con sus grandes ojos puestos en él, llenos de emoción y curiosidad.

Es su padre, y los padres nunca defraudan a sus hijas. Menos cuando él es Louis, el millonario más joven e inteligente Tomlinson. Así que finalmente cede, ante la única persona con la que puede ser dulce y atento.

—Tú eres mi princesa Amy, la más hermosa —se para y hace una reverencia—. Y si usted, su majestad quiere una fiesta de princesas para su sexta primavera, así será. ¡Será la fiesta de princesas más hermosa de todo el universo!

Amy salta a los brazos de su papá emocionada, le reparte besos en todo el rostro y ríe, con su risa llena de inocencia. Louis no podría sentirse más feliz ni en un millón de años o en otra situación.

— ¡Gracias, gracias! —grita, apretándolo con toda la fuerza que sus brazos le permiten— ¡Eres el mejor papá del mundo!

Él sonríe, porque se siente como un billón de dólares cada vez que su nena dice algo así. Sabe que está muy lejos de serlo, pero cuando Amy lo dice, se siente cerca de serlo. Y eso es más que suficiente. Suena bien. Louis el mejor papá del mundo y guapo Tomlinson.

— ¡Una fiesta de princesas para mi princesa! -sonríe cargándola en sus hombros, dirigiéndose al escritorio de su oficina. Amy ríe pidiendo que la baje, aunque ambos saben que lo que menos quiere es ser bajada de sus hombros. Toma el teléfono y marca a la extensión de su asistente— ¿Miriam?

— ¿Señor Tomlinson? ¿Qué sucede? —la chica responde la llamada inmediatamente.

—Mi princesa quiere su fiesta de cuento de hadas —observa a su hija en sus hombros con una sonrisa antes de volver al tono del jefe duro —, así que levántate de la silla y ayúdame a organizar todo para que sea perfecto, ¿De acuerdo? Quiero la fiesta del siglo.

— ¿T-todo? —casi puede oír a Miriam queriéndose desmayar ahí mismo. Después de tantos años ya debería estar acostumbrada a su forma de trabajar— El lugar, la lista de invitados... ¿Hasta el pastel? —resopla.

— ¿Pastel? Miriam, linda. ¡Quiero que consigas al mejor pastelero o pastelera de todo Londres!

Hola, hola, hola. Me presento, soy la escritora de esta obra y quiero decirle a usted, querido lector que me hace muy feliz que me acompañe en este viaje hasta el final (espero) y que lo disfrute tanto como yo creando.

He hecho otras historias que espero le gusten, ( son Larry como debe de ser). Y si ya leíste alguna de estas, te amo mucho.

❀ Sweet boy ❀ [L.S. AU]Where stories live. Discover now