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N/A: Gracias a todos los que llegaron hasta aquí m solo quería decirles que falta UN capítulo para terminar, y por supuesto, el epílogo.

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Inej despertó con el ruido de un caballo fuera de su ventana. Tenía una pata herida y los chicos intentaban calmarlo para cuidar de su herida.

—¿Está todo bien? ¿Necesitan ayuda?

Inej no creía que le entendieran, no sabía Zemeni y no sabía si ellos hablaban Kerch o Ravkano. Pero le dejaron claro que todo estaba bien, se preparó un baño y se quitó todo el agotamiento que tenía por el largo viaje.

Desde el baño podía ver la habitación que Kaz había elegido para ellos; sí, era pequeña, pero cómoda. Inej había dormido en lugares peores en su vida, para ella rebosaba de elegancia rústica.

Había sido el cuarto de Kaz cuando vivía allí, fácilmente podía imaginarse el espacio lleno de juguetes, que él seguro no utilizó y muchos libros esparcidos, ese aspecto le quedaba mejor. Kaz era muy curioso, autodidacta. E incluso podía ver una cuna junto a la ventana.

Antes solía imaginar a Kaz de niño como un pequeño hombrecito ladrón y estafador, cosa en la que se había convertido. Ahora, podía verlo ayudando en los establos, con los otros animales de granja y cosechando la jurda junto a su padre y Jordie.

Le ofrecía consuelo saber que hubo un tiempo en el que Kaz no tuvo que preocuparse por nada más que ser feliz. Aunque no entendiera lo que estaba pasando a su alrededor, o probablemente si lo comprendiera. Kaz era una mente brillante y muy inquieta.

Después de bañarse bajó para buscar algo que hacer. Se estaba arrepintiendo de no haber ido con Kaz, era mejor una reunión aburrida que nada que hacer en una casa como esa. Definitivamente no estaba hecha para quedarse en casa, estática y tranquila.

—¿Quiere ir a montar por los alrededores? —Le preguntó la Señora Bulla, Inej sospechaba que quería sacarla de la cocina, evitar su ayuda.

—Más tarde quizá, cuando Kaz haya vuelto.

—Estará oscuro para entonces.

—Existen las linternas. No es nada que no podamos manejar, señora Bulla.

—Si usted lo dice. —Inej terminó de pelar las papas y comenzó a lavar la tierra que quedaba sobre ella, se sentía bien siendo de ayuda. —¿De dónde es?

—Soy suli ravkana. Pero divido mi tiempo entre el mar y Kerch.

—¿Navega?

—Soy capitana. —Inej sonrió al ver la nueva mueca de desaprobación que apareció en los labios de la mujer mayor —La otra mitad del tiempo vivo en Kerch, con Kaz.

Eso no era exactamente cierto. Si había vivido con Kaz, pero eso fue antes de la corte del Hielo, y ni siquiera estaban juntos... no como pareja. Y después de su regreso del viaje por el Mar Auténtico Kaz se había escapado a la Mansión para verla. Lo mejor para ellos era mantener su relación lejos del Listón, y especificamente de las calles del Barril.

—Hacer todas esas cosas no son propias de una señorita. Y mucho menos llevar esos pantalones...

—¿Y quien dijo que soy una señorita? —Inej encarnó una ceja, disfrutó de ver las mejillas de Bulla enrojecer hasta opacar a los tomates. —Desde que llegamos no ha dejado de vernos como si fuéramos el diablo reencarnado, señora Bulla. Le pido, amablemente, que deje de hacerlo.

»Kaz y yo no somos santos, estamos muy lejos de esa categoría. Vivimos a nuestra manera, así ha sido siempre. Así que le pido que mantenga su juicio para usted sola. A mí puede hacerme todas estas preguntas e intentar ventilar esa imagen de mujer devota, pero le aseguro que con Kaz no surtirá el mismo efecto.

Los Recuerdos De Inej [Inej Ghafa X Kaz Brekker] [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora