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Kaz estaba de pie frente a ella. Inej ya no sabía si era un sueño u otra alucinación. Perdió el hilo de sus pensamientos, no podía concentrarse en otra cosa que no fuese el dolor en su cuerpo.

—Kaz.

—Hola, Inej.

—¿Viniste a torturarme? —Kaz levantó una ceja confundido. Negó con la cabeza y dejó caer su mano sobre la suya. —Estás helado.

—¿Quieres que te diga un secreto? —Inej asintió. Sus ojos se cerraban, la voz de Kaz la estaba sumiendo en un sueño profundo de nuevo.

Ya estaba harta de dormir, cansada del dolor. Hastiada de las alusiones. Todo eso debía parar. ¿Por qué no paraba?

—Kaz, no me dejes. Te hice daño, lo siento muchísimo. No quiero que me dejes.

—No te voy a dejar. Nunca lo haría. —El esfuerzo era enorme, dejó que sus ojos se cerraran. Lo último que vió fue a Kaz tragar con fuerza. —La noche que estuve a punto de ahogarme el agua estaba helada. Era invierno. Pase horas tratando de mantenerme a flote, de llegar a la orilla. No sé cómo pude lograrlo. Tú seguro dirías que es un milagro de los santos, yo no estoy tan seguro de eso.

—Tú no crees en ellos, Kaz. No tienes fe. —Susurró apretando su mano con fuerza.

—Tengo fe en ti. No necesito nada más. —Podía sentir su voz más cerca. Se había inclinado sobre ella. —Después de esa noche en el agua, mis manos a quedaron frías.

—¿Sientes que te estás congelando?

—Cada día de mi vida.

—¿Cómo puedo hacer que entres en calor?

—Quedate conmigo. No me dejes.

***

Inej rabiaba cuando entró al Listón. No podía creer que Heleen hubiese tenido la desfachatez de amenazarla, qué acaso no se cansaba de jugar ese juego una y otra vez.

Ya no era la niña inocente a la que había esclavizado, y estaba harta de tener miedo de Heleen. La próxima vez que ella atacara, Inej iba a responder con todo.

—Ah, Inej no creo que debas entrar… Kaz está muy molesto.

—Ash, eres lindo y me agradas pero no te cruces en mi camino cuando yo estoy molesta. —Inej lo hizo a un lado y entró al despacho de Kaz.

El muchacho estaba sentado en su escritorio ojeando papeles, tenía media botella de licor abierta junto a él. Inej caminó hasta él y se sirvió un trago que bebió de un solo golpe.

—¿Qué pasa contigo? —Preguntó incrédulo.

—¿Y a ti qué te pasa? Escuché que estás molesto.

—Perdimos un cargamento de licores traídos de Novyi Zem, ahora para compensar la pérdida tengo que hacer compras locales. —Kaz se sirvió otro trago para él y uno para Inej, el vaso de ella estaba considerablemente menos lleno. —¿Y a ti qué te pasó? ¿Ya te cansaste de oír las eternas declaraciones de amor entre Wylan y Jesper?

—Heleen me amenazó.

La expresión divertida de Kaz desapareció al escuchar eso. Se puso de pie y caminó hasta donde ella estaba sirviéndose su tercer trago de la noche.

—¿Qué dijo? ¿Cuándo?

—Venía para acá. Dijo las mismas idioteces de siempre, nada de lo que no pueda encargarme. —Inej soltó un suspiro y fue a sentarse.

—Voy a…

—No harás nada. Estoy bien, ya te dije que no es nada de lo que no pueda encargarme.

Los Recuerdos De Inej [Inej Ghafa X Kaz Brekker] [Editando] Where stories live. Discover now