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Inej aceptó un último trabajo antes de volver a casa, antes de volver con Kaz e intentar que la perdonara por lo que había hecho esa última noche en Ketterdam.

Esperaba que fuera un trabajo sencillo y sin complicaciones. Atacar, rescatar y marcharse. Fue una verdadera sorpresa el grupo contingente de Mortificadores que esperaban bajo cubierta.

Dos de sus tripulantes murieron con el movimiento de muñeca de una mujer. Los dos se desplomaron a cada lado suyo. Inej arrojó la daga clavándola en su cuello.

Trató de ir con Specht pero el siguiente Mortificador se concentró en ella. Un minuto estaba de pie en medio del barco y al siguiente había perdido el aire, sus huesos parecían estar rompiéndose y el dolor se extendía por todo cuerpo.

Specht apareció junto a ella, estaba gritando cosas que no podía entender. Ya no podía oír, no podía hablar, estaba por perder la visión también.

—No quiero morir. —Fue todo lo que dijo antes de desmayarse.

***

Inej estaba de pie en el marco de la puerta observando como sus padres arreglaban sus maletas. Llevaban más de lo que habían traído a Ketterdam, en parte era culpa suya: se había vuelto loca comprando regalos para ellos y algunos miembros de su familia.

—Es increíble que vayan a viajar a Fjerda. No sé si eso me gusta.

—Cariño, somos una Troupe. Vamos a dónde se necesita un show.

—Sí, pero ese lugar es muy peligroso.

—Ravka tiene mucho trabajo que hacer para salir de los daños que produjo la guerra. No hay tiempo para ver espectáculos, así que haremos un viaje. Probaremos cosas nuevas.

—Esto es un error. Fjerda…

—Inej. —Su padre se acercó a ella y la llevó hasta la cama para que estuviese sentada. —¿Qué fue lo que pasó en ese lugar?

—Ya te lo dije fuimos a hacer un trabajo ahí.

—Rescataron a una persona, lo entiendo. —Su padre se estrujó el rostro cansado. —Es solo que me gustaría que me hablaras sobre las cosas que haz pasado.

—Papá, he hecho cosas muy malas. No importa cuánto intenté expiar mis pecados, eso no funcionará. No hay un lugar en el paraíso para mí.

—Cuando llegamos aquí —Su madre limpió sus lágrimas y se sentó junto a ella —Lo primero que dijiste fue que hiciste lo necesario para sobrevivir. Entendemos eso, pequeña. Es solo que sentimos que no podremos ayudarte si no nos cuentas toda la historia.

—Lo único que quiero es olvidarme de esas historias, mamá. Lo único que quiero es dejarlo atrás. No quiero hablar de la Reserva, no quiero hablar de las cosas que me hicieron ahí. No quiero hablar de las cosas que tuve que hacer después.

»Lo que tienen que saber es que Kaz me sacó de la Reserva, me enseñó a defenderme y… sí, tuve que hacer muchas cosas horribles después de eso, pero todo era porque debía pagar mi deuda.

—¿Con Kaz?

—A él le debo muchas cosas. Mi  vida, la protección que me dió, todas las veces que cuido de mí. Todas las veces que me rescató. No, mamá. Mi deuda no era con Kaz. Sino con Per Haskell, nuestro antiguo jefe. Kaz lo convenció para que me sacara de La Reserva, lo convenció de darme un lugar seguro. Perro tuve que pagar por ello.

—El arrepentimiento no sirve de nada, Inej. Hiciste lo que tenías que hacer. Sobreviviste, volviste a nosotros. Es lo que importa.

—Y cada día estaremos agradecidos por ello. No importa lo que pasó, importa lo que pasará a partir de ahora.

Los Recuerdos De Inej [Inej Ghafa X Kaz Brekker] [Editando] Where stories live. Discover now