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Capítulo VI

"Kaz la había rescatado de esa desesperación, y sus vidas habían sido una serie de rescates desde entonces, una secuencia de deudas que nunca contabilizaban mientras se salvaban una y otra vez. Tumbada en la oscuridad, se dio cuenta de que a pesar de todas sus dudas había creído que la rescataría una vez más, que dejaría a un lado su avaricia y a sus demonios y acudiría en su busca. Ahora no estaba tan segura. No era solo la lógica de las palabras que había pronunciado lo que había detenido a Van Eck, sino la verdad que este había oído en su voz. No va a cambiarme por nada si me destrozas. La chica no podía fingir que había dicho esas palabras por estrategia o astucia animal. La magia que habían obrado había nacido de la creencia. Un horrible encantamiento".

Inej Ghafa, Reino de Ladrones

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Inej sabía cuándo un hombre era capaz de llegar tan lejos como pudiera.

Lo había visto una y otra vez en la reserva. Lo veía en Kaz cada vez que hacían un trabajo.

Lo vió en Van Eck cuando amenazó con romperle las piernas. No era una amenaza vacía, lo decía en serio. Y sólo estaba ganando tiempo porque al final del día había mucho más peso en el miedo que en el dolor.

Había funcionado. Logró meterse en su cabeza como nadie más lo había hecho.

En algunas ocasiones Inej llevaba su mano de forma inconsciente a su pierna. La única razón por las que conservaba sus extremidades era porque Kaz hizo un movimiento arriesgado: secuestro a Allis. Sí Jan Van Eck tocaba a Inej, Kaz se aseguraría de hacer lo mismo con la idiota de su esposa.

Kaz era el Bastardo del Barril, de todo Ketterdam. Kaz no jugaba, por eso Van Eck se había asegurado de contratarlo para ir a la Corte de Hielo. Inej pudo ver el mismo terror que ella sintió cuando descubrió que Allis no estaba. Ni siquiera era miedo por la chica, sino por el ansiado heredero que llevaba en su interior.

Van Eck le daba asco. Más aún porque después de tanto tiempo, no lograba olvidar la sensación de terror que se apoderó de ella en ese momento. Odiaba llevar su mano en mitad de la noche de forma inconsciente hacia su pierna solo para asegurarse de que seguía allí.

Durante su cautiverio, llegó el punto donde no creía que Kaz la rescatara, después de todo, arañas era lo que sobraban en el Barril. Ya le había dejado claro que era remplazable de ser necesario. Al verlo en el intercambio la llama de su interior se encendió con fuerza, Kaz no la miraba a ella pero estaba alerta a cada movimiento que hacía.

Las cosas se volvieron complicadas después de eso. Fue un error tras otro, un momento de vacilación constante entre ambos.

Entonces, esa noche el baño puso un peso aún más grande entre los dos. Kaz había estado entre sus piernas, curado sus heridas, besado su cuello y susurrado en su oído. Pasó noches enteras deseando que eso sucediera, encogiéndose ante el temor de la posibilidad de una noche con Kaz Brekker.

Hasta que comenzó a hablar de lo difícil que era ser tocada por Jesper e incluso Nina no había sido consciente de lo mucho que aún le afectaba. Inej se caracterizaba por su valentía, creía ser lo único que poseía, ella podía ser valiente si Kaz le permitía acercarse.

Lo que él pasó estaba reflejado en su mirada esa noche. El dolor, la ira y la vergüenza revoloteaban en sus ojos, no quería nada más que acercarse y asegurarle que todo estaría bien. La mano de Kaz seguía frente a ella, firme y al mismo tiempo temblorosa, era una situación extraña, pero esa corta distancia que los separaba parecía incrementarse con cada una de las palabras que salían de su boca.

Los Recuerdos De Inej [Inej Ghafa X Kaz Brekker] [Editando] Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang