—¡Oye! No olvides invitarme a comer, me alegrará saber todas las travesuras que hiciste en el mar.

—Lo haré.

Kaz estaba junto a ella con una ceja levantada. —Ve a hacer tu trabajo —. Le dijo a Pim con su habitual expresión desdeñosa.

—Celopata. —Susurró Inej adelantándose a Kaz para ver las renovaciones del Club.

—Con mucha honra

El interior del club se veía aún mejor que el exterior. Kaz había invertido tanto en ese lugar que creía que lo veía como su hijo, un pequeño al que había cuidado tanto que ahora estaba creciendo sin ningún control.

A Inej no le molestaba que la actitud de Kaz fuese distante y controlada delante de todas esas personas. Una cosa era tener ese tipo de contacto cálido y confiado delante de Jesper y Wylan en la seguridad de la mansión, pero estar en el Barril era algo muy diferente. Allí todo podía ser una amenaza.

Kaz la hizo pasar por un par de puertas hasta que llegaron a la oficina que tenía en el club.

—Pudiste decirme que vendrías.

—Fue de último minuto. Ya no podía seguir encerrada allí.

—Solo fue un día, Inej.

—Fue más que suficiente.

—Aun no estás recuperada, no del todo. Puedo ver lo cansada que estás, lo noto en tus ojos.

—Estaré bien. —Se acercó a Kaz y tomó su mano enguantada —. Estaré mejor cuando vea a Heleen.

—Sé que no quieres escuchar esto pero tengo que decirlo. —Kaz se quitó el sombrero y lo dejó en el escritorio. —No bajes ahí siendo Inej, ve siendo el Espectro despiadado que eres.

—Ya lo soy.

—No. No siempre. Tienes la tendencia a buscar decencia donde no la hay, buscas cualquier atisbo de bondad o arrepentimiento para perdonar.  Pero esa mujer —señaló la trampilla que estaba en la esquina de la habitación —ella no merece tu compasión, no merece más que dolor.

—Lo sé, Kaz. Es hora de que pague por todo lo que hizo, no solo a mí sino a cada una de las chicas que compró y vendió una y otra vez. Todas las veces que nos golpeó, nos hizo sangrar y nos amenazó.

»No se merece menos que eso.  Tal vez creas que soy una buena persona Kaz, pero eso no redime todos mis pecados. Y desde la última vez que nos vimos no hecho más que convertirme en alguien que se parece más a ti de lo que piensas.

—No sé si me gusta eso.

—A mí tampoco, pero es lo que es. Y yo sé que si alguien es capaz de soportar toda esa oscuridad eres tú.

Inej no esperó una respuesta de Kaz, caminó a la trampilla y la levantó reprimiendo el quejido que estuvo a punto de salir de sus labios. No era el momento para mostrar debilidad.

Ella bajo primero, Kaz fue detrás de ella y justo cuando él pisaba las escaleras crujían. Más tarde Kaz se burlaría de como ella parecía flotar en lugar de caminar.

Heleen estaba al fondo del sótano, sus sedas estaban hechas un desastre. El pavo real había perdido toda su elegancia, parecía otro animal enjaulado y rastrero en medio de toda la mercancía del Club.

—Esto me trae recuerdos.

Inej no reconocía su propia voz, ni siquiera era tan fría con todos los esclavistas a los que había cazado. Kaz permaneció en silencio, detrás suyo dándole apoyo.

Los Recuerdos De Inej [Inej Ghafa X Kaz Brekker] [Editando] Where stories live. Discover now