3. Las clases comienzan

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El ausentismo en el colegio era notorio

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El ausentismo en el colegio era notorio. Las filas que se habían formado por cursos para la hora cívica no excedían los quince alumnos cada una. La del curso de Natalia era una de las más cortas, solo había nueve alumnos formados.

Nicolás decidió no acercarse demasiado. Permaneció junto a los otros maestros que observaban el acto desde lejos.

Los discursos sobre el nuevo año escolar, los nuevos desafíos y la responsabilidad duraron más de media hora; en la cual se podía notar el aburrimiento y el tedio de los alumnos mientras el sol empezaba a quemar sus cabezas. Una vez finalizado el acto, los chicos por fin pudieron ingresar a sus respectivos salones.

«Qué cosa más aburrida. ¿Harán eso todas las mañanas?» se preguntaba el joven maestro mientras caminaba por el pasillo hacia el aula.

Él no era el único que pensaba sobre lo aburrido del acto. Los alumnos de la escuela comentaban lo horrible que eran las horas cívicas de los lunes y que deberían volver a soportarlas; en especial después que la directora descubriese que muchos chicos se quedaban en las aulas, ocultos durante esas horas, jugando, charlando, o haciendo alguna tarea de último momento. Para evitar el ausentismo a lo que ella consideraba el acto más importante de la semana, impuso como castigo que los alumnos que faltasen a la hora cívica o cualquier acto del colegio, pasaran los recreos de toda la semana forrando y organizando libros en la biblioteca.

En el aula «3-A» los alumnos ya se encontraban dentro esperando. Como el profesor Cohen había caído enfermo, los rumores sobre el nuevo maestro se habían expandido. Era sabido que el sustituto sería el mismo sobrino del profesor Cohen, pero poco o nada se sabía sobre él.

Nicolás ingresó al aula, los chicos estaban distribuidos conversando entre ellos, sentados en las mesas; todos a excepción de Natalia, quien se encontraba en el mismo asiento de antes, aún leyendo su libro.

—Buenos días —saludó levantando la voz para que notasen su presencia.

Los alumnos se dieron la vuelta y la expresión en el rostro de las mujeres cambió drásticamente al ver a su nuevo profesor. Mientras los varones lo miraban con desinterés, las chicas no ocultaron su sorpresa al ver a un joven y apuesto hombre de cabello negro y ojos azules. Nicolás notó las miradas. Sentía como observaban de arriba abajo su rostro, su cabello lacio y desordenado, para detenerse en la ropa moderna y casual que llevaba puesta, solo unos instantes antes de volver a su rostro y brazos.

—Hola a todos, soy Nicolás Cohen y seré su profesor de física y química este año. —Las miradas empezaron a incomodarlo y todo el discurso que había preparado la noche anterior para presentarse poco a poco se fue borrando de su cabeza—. Emm... pues veo que no asistieron muchos de sus compañeros, así que aprovecharemos de conocernos un poco. Leería la lista, pero creo que será mejor que vayan presentándose por orden. Así que empieza tú —dijo señalando a un muchacho de ojos verdes, cuyo lenguaje corporal denotaba el poco interés que tenía en su profesor, las clases y el colegio en general.

Después de clases (DDC1)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora