Epílogo

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Antes que nada, les recuerdo que esto es una saga que está terminada

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Antes que nada, les recuerdo que esto es una saga que está terminada. 

Luego le sigue Mi dulce tormento y Los sueños secretos de Sophie.

Al final de capítulo les dejo los links, por favor siganme aquí y en Instagram.

Transcurrieron ocho meses de la nueva vida que habían comenzado juntos. Un nuevo año e incluso el cambio de siglo, había traído consigo un montón de episodios nuevos, algunos planificados y otros inesperados. Thaly había podido acabar sus estudios en Saint Abel, con un romance que ya no era secreto y un embarazo que se había hecho evidente antes de la graduación. Nicolás tuvo que renunciar al colegio en pos de que ella pudiera continuar ahí, mas eso no le fue impedimento para acabar el ciclo en la primaria. Las largas vacaciones de verano que siguieron al final del año escolar, fueron sin duda las más felices que habían vivido; en especial para Thaly, quien celebró su primera Navidad en familia, varios cumpleaños, incluido el de Nicolás, y el suyo: el segundo que compartía con Nicolás y el primero con Sophie, su pequeña bebé, nacida prematura y tras un parto complicado. No obstante, ya era una saludable bebé de dos meses de edad.

La paternidad no les resultaba sencilla, mas no se quejaban. Aquella niña les había traído más dicha y unión que nunca, además de dificultades y contratiempos que poco a poco superaban juntos.

Ich bin, du bist, er ist, sie ist —repetía Thaly en voz alta con los auriculares puestos.

—Es «éa ist», pero la «e» suena casi como una «i» —le corrigió Alan mientras luchaba con las bandas adhesivas de un pañal que le ponía a Sophie, en compañía de Sara.

Thaly se quitó los auriculares y le dedicó una mirada de odio.

—Deja de corregirme —lo regañó.

—¡Sara te corrige todo el tiempo! —protestó.

—Es distinto, cuando tú me corriges me haces sentir estúpida. El alemán es un idioma horrible, ¿por qué es tan complicado? —Preguntó frustrada. Pasaba clases particulares de alemán en las mañanas, en las noches repasaba con Nicolás y en todos sus momentos libres practicaba con un curso en audio. Al día siguiente, en la mañana, partirían al aeropuerto, para comenzar su nueva vida en Alemania. Estaba emocionada y nerviosa, el idioma le resultaba más difícil de lo que pensaba y debía tener un buen nivel si quería empezar la universidad el siguiente semestre.

—Vas bien y lo aprenderás, aunque sea a la fuerza. Así aprendimos nosotros. —Sara le infundía ánimos, al tiempo que miraba con reprobación a Alan, quien seguía intentando acomodar el pañal correctamente.

—Mejor no aprendo nada. —Lanzó el discman sobre la cama—. Si los alemanes quieren comunicarse conmigo, que lo hagan en español; y si no, ellos se lo pierden.

—Uy sí, pobres, se perderán tu encantadora personalidad... —dijo Alan.

La muchacha le sacó la lengua, recogió el discman y volvió a conectarse los auriculares. Cuando estaba por desistir, se arrepentía, y no quería perder ni un solo minuto de aprendizaje.

Después de clases (DDC1)Where stories live. Discover now