46.

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Al día siguiente desperté en la habitación de Minho, decidí dormir allí para evitar cualquier confusión ya que no estaba segura si recordarías la noche anterior y tal parece que así fue, pues cuando salí mi habitación estaba vacía. Lo único que encontré fue una pequeña caja que contenía pan dulce junto a un café y una nota de agradecimiento en el comedor.

¿Recuerda lo que pasó o no?

Nunca lo supe porque no volví a oír de ti a lo largo de la semana, hasta que llegó el día de la fiesta de tus papás; un día que se grabó a fuego en mi mente.

—¿Estás nerviosa? —Seungmin frotó mi brazo, que venía enlazado al suyo, con la intención de tranquilizarme mientras cruzábamos la entrada del extenso salón.

—Un poco.

—No te preocupes, nosotros tampoco conocemos a nadie. —añadió Jeongin bajo una risa leve.

Cuando la señora Hwang me dijo que sería una fiesta familiar jamás imaginé que sería algo grande; las luces, la música, la decoración, todo era muy ostentoso. Por suerte aún no había mucha gente, por lo que los chicos y yo fuimos directamente a saludar a los señores Hwang, quienes nos recibieron con suma felicidad.

—¡Mi niña! Has venido.

—Aquí me tiene —sonreí alzando el rostro—. Se ve muy linda con ese vestido, de verdad le queda muy bien.

—Gracias, cariño. Tú te ves tan adorable cómo siempre —apretó dulcemente mis mejillas. No sé que hice para ganarme su cariño de esa manera tan exorbitante, pero me agradaba—. Pensé que no vendrías porque, ya sabes, tú y mi hijo...

—Le prometí que vendría, ¿no? —reí cubriendo mi boca y luego la miré con ojos entrecerrados— Entonces usted lo sabe todo, ¿verdad?

—No... —alargó mirándome de reojo— No es como si Hyunjin lleva varios días mal pero no me quiere contar que tiene, jamás habría adivinado que algo pasó entre ustedes.

El sarcasmo en su voz fue más que evidente y reí bajo.

Recordé esa última noche contigo, lo frágil e indefenso que te viste ante mí. Era difícil. Me afligía pensar que estabas triste por nuestros problemas pero cada vez que me sentía así, las palabras que soltaste en nuestra discusión retumbaban como eco en mi cabeza y la sensación se esfumaba; yo me sentía peor, Hyunjin. Si realmente te dolía tanto no estar conmigo, ¿por qué hacer lo que hiciste? Sé que no estaba en posición para echarte toda la culpa porque yo también me porté de manera inadecuada, ¿pero como le daría mi confianza a una persona que le oculta ciertas cosas a su pareja?

—Sólo fue un problema muy pequeñito. —me limité a decir.

—¿Tan pequeño que hizo a Hyunjin llorar? —alzó una ceja, seguido de una risa silenciosa—. Nunca lo había visto así y me sorprendió. Haya sido un problema grande o pequeño, fue algo entre ustedes así que no está en su obligación contármelo.

Sabía que a ella no podría mentirle porque de alguna forma u otra su instinto captaría las anomalías, pero me abstuve a decir más y sólo sonreí encogiendo los hombros.

—Sólo espero que tú sí te encuentres bien, cariño —apretó mis mejillas. No señora, yo estaba peor que su hijo—. Y si no te molesta, tendrás que compartir mesa con él esta noche.

—No se preocupe, no tengo nada en contra de él.

—Eres tan dulce, mi niña.

—Bueno, están en familia, así que pueden ir a su mesa y degustar de todo lo que quieran —habló el señor Hwang, dirigiéndose a los tres—. Con su permiso, nosotros iremos a saludar a los demás invitados.

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Where stories live. Discover now