Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin

29.

—¿Qué haces aquí? —frunció el ceño con molestia cuando te vio y se aproximó a paso rápido.

No, la pregunta era qué hacía él tan temprano en casa.

—Yo lo invité. —me puse de pie.

—No me importa, muévete.

—No lo haré. Deja de ser tan inmaduro, Minho, Hyunjin no tiene nada que ver con lo que pasó.

—Te dije que no me importa, deja de defenderlo.

—Lo defiendo porque tengo razón.

—Eres tan ingenua. ¿Cuántas veces te he encontrado triste por este? —espetó despectivo— ¿Y tienes la audacia de defenderlo? Eres una tonta.

Ah, por eso tenía ese concepto erróneo de ti.

—No sabes la verdad de las cosas, así que no hables.

—Perdón, no quise causarles problemas. —escuché tu voz a mis espaldas.

—Te advertí que si te veía cerca de mi hermana te rompería la cara. —quiso acercarse, pero lo empujé.

—Pero no lo vas a hacer porque no tienes derecho a golpearlo.

—Sí, más vale que lo cuides porque donde lo vea solo, está más que frito —entonó amenazante— ¿Sabes qué?

En ese momento me agarró del brazo y sin ejercer mucha fuerza, logró quitarme del camino y empujó a Hyunjin haciendo que cayera en el sofá para luego lanzarse sobre él.

—¡Minho, no!

—¡No me importa pasar un día en el calabozo con tal de hacerte pedazos! —lo tomó por el cuello de su polera y alzó su puño, la única reacción de Hyunjin fue cubrirse con sus manos.

—¡No lo hagas! —grité al borde del pánico.

¿Y si me acercaba pero terminaba lastimándome? Imposible, mi hermano jamás haría eso. Me di cuenta que el golpe jamás llegó, Minho suspiró con brusquedad y bajó su mano, apartándose.

—Largo de mi casa y si te vuelvo a encontrar aquí, no me voy a retener. —se retiró, desapareciendo en la cocina.

—Lo siento. —me acerqué preocupada, podía ver el miedo en tu rostro y tomé tu mano para salir juntos al patio frontal.

—Perdón, otra vez te estoy causando problemas.

—No te disculpes, no es tu culpa que mi hermano sea así.

—¿Vas a estar bien?

—Sí. Será mejor que regreses a casa.

—Bueno. Por favor ten mucho cuidado. —besaste mis labios por última vez y me estrujaste con mucho cariño.

Regresé adentro y vi a Minho sentado en el sofá, mirando hacia la nada. Odiaba estar de malas con él pero sabía lo testarudo que era y hacerle cambiar de opinión sería muy difícil. La idea de hablar con él pasó por mi cabeza pero preferí ir a mi cuarto.

(...)

Luego de una semana de encierro, y sin verte debido al pequeño problema, por fin regresé al colegio. El día estaba lindo y dado a que ya habíamos entrado a febrero, las temperaturas comenzaban a subir de a poco, aunque aún se sentía fresco.

Felix y Changbin se la pasaron el día entero molestándome y repitiendo lo mucho que me habían extrañado, no entendía porqué si me visitaron todos los días. A ti no te vi en todo el día porque olvidé decirte que regresaría, así que preferí sorprenderte a la salida.