19.

6K 681 523
                                    

Pude respirar con tranquilidad cuando Seungmin aclaró que era tu papá quien se encontraba mal de salud, pero igual yo quería saber cómo estaban tú y tu familia, así que ahí me tenías de camino al hospital. Tardé casi media hora porque tomé el metro que llevaba directamente al centro de la ciudad, pero finalmente llegué y me apresuré a ir hasta el área de emergencias, donde estuve a punto de pedirle ayuda a la enfermera en la recepción hasta que te vi sentado en la sala de espera. Pese a que escondías tu rostro entre tus manos supe que eras tú y me acerqué.

—Hyunjin... —me puse en cuclillas para estar a tu altura y descubriste tu cara; tus ojos estaban hinchados y tus ojeras eran notorias— Seungmin me contó sobre tu papá, ¿cómo está él?

—Desde hace días viene presentando problemas en el pecho y ayer sufrió un pre-infarto, pero por suerte lo trajimos a tiempo.

Tu carita estaba sumamente triste y sentí mi corazón achicarse al verte tan abatido. De pronto me rodeaste en un efusivo abrazo y no dudé en darte consuelo, debías sentirte muy preocupado.

—¿Dónde está tu mamá?

—Está ocupada haciendo unos papeleos. Papá ya está estable pero necesita un tratamiento específico, así que lo tendrán bajo cuidados intensivos por unos días.

—Lo siento mucho, los chicos y yo estamos aquí para lo que necesiten. ¿Has comido algo? ¿Qué hay de tu mamá?

—No, estamos aquí desde ayer en la tarde.

—Espera aquí, buscaré algo para que puedan comer.

Salí del hospital en dirección a la tienda de conveniencia más cercana y tomé lo suficiente para que ustedes pudieran comer y beber, pagué por todo, regresé al hospital y me percaté de que tu mamá ya estaba allí.

—Hola —le dediqué una sonrisa amable—. Me di cuenta de lo que pasó con su esposo, espero que pueda recuperarse pronto. Les traje algo para comer. —le extendí la pequeña bolsa donde estaba lo que compré para ella, la cuál tomó.

—No tenías porqué, cielo.

—No es mucho pero quiero ayudarles con lo que pueda.

—Muchas gracias, cariño. Tengo que ir a la farmacia por unos medicamentos, ¿podrías quedarte con Hyunjin?

—Claro que sí.

—Mil gracias.

La mujer salió de la sala y yo me senté junto a ti, entregándote tu comida y una malteada de fresa, no comiste mucho pero al menos ya tenías algo en el estómago y eso alivió una parte de mi preocupación. Los dos estábamos en completo silencio, de imprevisto te apoyaste contra mi hombro y fue ahí donde me di cuenta que dormías, por lo que moví tu cabeza con mucho cuidado para dejarte descansar sobre mi regazo y después te cubrí con mi suéter ya que hacía frío.

La señora Hwang apareció minutos después y se acercó a nosotros.

—¿Encontró lo que necesitaba?

—Tuve que ir a una farmacia diferente porque no lo tenían aquí, pero por suerte lo encontré.

—Qué bueno.

—Pobre mi niño, debe estar muy cansado. Gracias por preocuparte por él —dejó salir un suspiro de alivo—. Ayer no dejaba de llorar y no durmió toda la noche hasta ahora que apareciste. No quiero que él también enferme y tenga que lidiar con otra preocupación más.

—Yo me encargaré de él, se lo prometo, me aseguraré de que coma bien y lo suficiente.

—Eres un ángel, cariño. Si te sirve de algo, le gusta que le acaricien el pelo mientras duerme —sonrió, guiñando un ojo—... Bueno, con permiso, tengo que llevar esto a mi esposo.

—Adelante. —asentí con una pequeña sonrisa.

¿A qué vino ese pequeño dato? ¿Insinuaba algo? Removí unos mechones de cabello que cubrían tu preciosa cara y reí en mis adentros.  Qué simpática mujer aún estando bajo tanta presión y angustia.

Media hora más tarde te moviste de mis piernas y enderezaste tu postura estirando los brazos. Al parecer olvidaste que yo estaba contigo, pues tu semblante se llenó de vergüenza al verme a tu lado.

—Lo siento, no quise incomodarte.

—No es ninguna molestia, Hyunjin.

—¿Dónde está mamá?

—Cuidando a tu papá.

—Oh, quiero ir a casa para asearme, le dejaré un mensaje para que sepa. ¿Me acompañas?

Yo asentí sin rodeos y, después de dejarle un mensaje de texto a tu mamá, salimos juntos del hospital. Mientras esperábamos el metro, colocaste el suéter sobre mis hombros al notar que la brisa invernal comenzaba a darme frío y tomaste mi mano para regular la temperatura de esta.

Otra vez no... ¿No te dabas cuenta que me enamorabas incluso con la más pequeña acción?

Al llegar a tu casa esperé en la sala a que hicieras tus cosas mientras jugaba con Kkami; una vez que estuviste listo te sentaste a mi lado y de nuevo te apoyaste en mi hombro.

—¿Quieres regresar al hospital?

—Quiero descansar un poco aquí.

—Cómo quieras. —alcancé tu mejilla con mi mano para sobarla pero de inmediato me arrepentí y la aparté.

—Sigue —cerraste los ojos—, soba mi mejilla que es muy relajante.

Obedecí a tu petición y continué dando pequeñas caricias sobre esta con la yema de mis dedos, te observé por unos segundos y me percaté de que sonreías, lo que provocó revuelos en mi estómago. Trataba de no caer de nuevo y despertar mis esperanzas pero tus acciones me lo hacían imposible y tenía que ponerle un alto a la situación de alguna forma u otra, así que alejé mi mano, a lo que tú te quejaste soltando un bajo gruñido y la tomaste para volver a colocarla sobre tu rostro.

Pagaría por saber lo que Felix y Changbin dirían al vernos así... este último tal vez te golpearía.

—Ya que estamos aquí, debería decirte la verdad.

—Te escucho.

Un suspiro de tu parte y te apartaste de mí.

—¿Cómo te digo esto? Es algo complicado —llenaste tus mejillas de aire y lo soltaste con la misma—. Sé que dije que todavía siento algo por Gaeul, pero ella desde un principio me dejó claro que no volvería conmigo, así que me resigné. Estoy de acuerdo con ella porque a este punto sólo estaríamos forzando todo y supongo que es normal que yo todavía sienta cosas porque la relación recién terminó...

—Mhm... —asentí.

—Además, gracias a eso confirmé mis sospechas.

Y ya no dijiste nada más. ¿Sospechas de qué? Me tenías muy intrigada y de repente te callabas. Inaceptable.

—Hyunjin, continúa...

—No te evité días atrás por puro gusto, sino porque quería comprobar algo. Durante esos días extrañé pasarla contigo, me di cuenta que cuando estábamos juntos el tiempo pasaba volando, me hacías olvidar por completo a Gaeul y darme cuenta que querer regresar con ella no era más que un capricho. Realmente me siento muy feliz cerca de ti y es muy diferente a lo que sentía con Gaeul... en el buen sentido.

Mi corazón latió con fuerza al escuchar cada una de tus palabras, un calor se alojó en mis mejillas y un cosquilleo se formó en mi interior; estaba atónita y sin saber qué decir.

—Eso es... tierno.

—¿No lo entiendes, verdad? —reíste por lo bajo.

—¿Entender qué? —sonreí con una expresión insegura, tú no dijiste nada y sólo negaste.

No sabía cómo interpretar tus palabras, era demasiado ingenua cómo para comprenderlo. ¿Era una confesión? Me daba miedo preguntar y quedar en vergüenza.

—Olvídalo. Gracias por hacerme compañía. —me dedicaste una cálida sonrisa.

Pude notar que tus mejillas estaban teñidas de rosa, te veías tan lindo. No había nada qué agradecer porque estar allí cuando necesitaras apoyo era una de las tantas cosas que haría por ti, Hyunjin.

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Where stories live. Discover now