33.

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A la mañana siguiente desperté con un leve dolor de cabeza, así que lo primero que hice fue darme un baño con agua fría, después ingresé a la cocina para tomar mi desayuno y me encontré a mi hermano que se veía muy feliz.

—Buenos días, hermanita.

—Lo serán para ti ahora que lograste tu cometido.

—No lo voy a negar.

—¿Por qué lo golpeaste, Minho?

—No trates de hacerme ver como el malo de la historia. ¿Te parece bien que andes afuera tan tarde y sin decírmelo?

—En todo caso tuviste que haberlo arreglado conmigo, y tampoco es como si anduviera sola.

—¿Y él te va a cuidar si algo malo pasa otra vez?

—Cómo siempre lo ha hecho y ahora si me disculpas, iré a visitarlo.

—Cómo quieras. Yo te llevaré, me iré después de desayunar porque tenemos una presentación fuera de la ciudad otra vez, así que no regreses tan tarde.

Sólo levanté mi pulgar en acuerdo. Me sorprendió que no me reprochó el querer verlo, tal vez ese golpe que le soltó ayer sirvió de mucho y por fin descargó su ira, así que no dije más y me dispuse a servir un tazón de cereal.

Terminamos nuestro ligero desayuno y Minho salió para encender el auto en lo que yo lavaba rápidamente los trastes, por último salí y aseguré bien la puerta. El camino fue súper corto y pronto estuve frente a tu casa, donde me despedí de mi hermano y, al tocar la puerta, la señora Hwang fue quien me recibió tan cortés cómo de costumbre.

—Oh, hola cariño.

—¿Cómo está?

—Muy bien, gracias. ¿Vienes a ver a Hyunjin?

—¿No está?

—Claro, está en su habitación. ¿Puedes creer que se metió en problemas con un desconocido en la calle?

—... ¿Ah, sí?

Considerando que yo sabía lo que en realidad pasó, me sentí muy avergonzada al darme cuenta que no le contaste la verdad a tu mamá, Hyunjin.

—Le damos permiso de salir a la hora que quiera y hace esto —negó con una mueca de enfado—. No sé que pasa con él, es la segunda vez que regresa a casa con un golpe.

Seguramente la primera vez fue cuando Changbin lo hizo. Qué pena con esos dos.

—¿Y... está molesto o sí lo puedo ver?

—Hoy en la mañana andaba de mal humor, pero seguro se alegrará al verte. Pasa.

No lo creo.

—Eso espero.

—¿Ya sabes donde está su habitación o no? Aunque creo que lo vi en su estudio de dibujo.

—Está bien, con su permiso.

—Adelante.

Tal cómo lo dijo, te encontrabas en tu estudio con la puerta entre abierta y le dabas la espalda a esta, por lo que me quedé allí observándote. Escuchabas música a un volumen muy bajo y al parecer intentabas dibujar algo pero tu estrés era ostensible, ya que trazabas líneas que terminabas borrando agresivamente; me acerqué sigilosamente y tanteé tu espalda, provocando que dieras un pequeño brinco en tu lugar.

—Hey... —mostré una media sonrisa.

—Oh, sólo eres tú.

—¿Qué dibujas?

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Where stories live. Discover now