Lady Kim Hanam

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— ¿Ha-Hanam? ¿Eres Hanam? ¿En serio eres Kim Hanam?

Mis ojos eran un borrón de colores, pero su imagen era clara, asintió un par de veces sonriendo con los labios.

— Creo que no nos hemos presentado aún, pero-

— Perdón. Perdóname. Fue mi culpa... esa noche, fue mi culpa. — mi mano se movió por si sola a su otra mano.

Ella me vio con confusión en sus pupilas que reflejaban las mías.

Mis piernas no soportaron el peso que sentía en mi cabeza, como si la gravedad hubiera terminado por aplastarme y el mundo se hubiera detenido un momento. Los acompañantes dejaron salir una expresión de asombro que ella solo disipo con unas cuantas palabras. Cuando ambos se fueron y nos dejaron solos, ella se agachó a la altura de mi rostro que no sentía como el propio.

Incluso si tocara sus manos, oliera su aroma, viera en sus ojos y escuchara su voz... todo se sentía como un sueño.

— No tiene que disculparse, no entiendo nada... en realidad, levántese del suelo. Por favor, hágalo.

— Tu no lo entiendes... tu no recuerdas... yo te dejé ir, te dejé ir, aunque tu llamabas por mí. — mis ojos se llenaron de lágrimas que aún no salían.

— E-entonces es mi culpa por no luchar. No sé qué pasó esa noche, pero no creo que deba cargar con esa culpa nunca más, estoy bien y usted parece muy bien ahora ¿no es lo que importa? — su ceja se alzó en un gesto que denotaba inteligencia. — tendremos mucho tiempo para recordar todo lo que paso, por favor no me pida perdón. No quisiera que nuestro primer encuentro sea así... no quiero que mi primer recuerdo de usted sea tan triste.

Sus palabras tenían sentido, mucho, la verdad es que incluso me hicieron sonreír en orgullo. Hanam era tan inteligente y considerada como siempre imaginé que sería.

Me impulso sobre mis dos pies y no perdí la oportunidad de darle un abrazo, mi mano que no estaba en su espalda, tenía su cabeza anclada a mi hombro. Incluso con zapatillas de tacón Hanam no llegaba a mi cabeza así que supuse era tan pequeña como mama. La sorprendí un poco y me dije que tal vez no era de mucho contacto físico.

Mis lagrimas bajaban por mis mejillas hasta su cabello, su sien un poco húmeda.

— Esto debe ser un sueño... uno muy hermoso, lo he soñado por muchos años. Espere por ti muchos años. Busque por ti tantos años, ¿En serio estas bien? ¿Eres feliz? Te pareces tanto a mamá que no creo que deje de llorar por muchas horas... lo siento. — mi voz se entrecortaba con hipidos.

— Sí, estoy muy bien y muy feliz. Está bien si llora, es muy humano y adorable de su parte. Siempre pensé que estaba sola en este mundo... mamá, papá, hermanos... eran un lujo. Mi vida vuelve a ser azul conociendo que mi familia sigue viva en usted.

Su voz salía amortiguada por mi hombro, pero sus manos se alzaron para dar unas palmadas en mi espalda.

Era un poco vergonzoso en otro contexto, que tu hermana menor te consuele y te diga que todo va a estar bien. Si había alguien que podía entender lo que es no tener nada debía ser Hanam... por tantos años de padres sustitutos, las miradas de los adultos cuando se enteran que eres huérfano y de solo pensar las veces que le preguntas al vacío ¿por qué yo?

Hanam era muy pequeña cuando la llevaron lejos de mí, pero incluso si estaba bien ahora, sabía que habían heridas y vacíos que no iban a sanar hasta encontrarse con las mías. A mi, de su misma sangre y de su misma familia, la cantidad de veces que acaricié y le canté a la barriga de mi mamá por esos meses, sus pocos llantos al nacer y cuando papá me dejo cargarla en un barco. Todos esos recuerdos me mantuvieron vivo antes de que Iseul me encontrara.

𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴Where stories live. Discover now