Reminiscencia de una deidad y una montaña

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— ¿Gusta de un poco de miel? — le asentí a la mujer mientras dejaba el pequeño frasco en la mesa.

El comedor real era más grande que el que había en el castillo de Busan. Sentía que Baerin frente a mi estaba a mil metros, Yoongi en cambio lo sentía más cerca con sus ojos sobre los alimentos buscando algo.

— Tráele naranjas y nueces a Baerin. — le ordeno el pálido y la mujer asintiendo se fue.

— Incomodo.

Gire a ver a Taehyung, sentía la tensión en ese gran comedor. La mujer en la cabeza solo tomaba sus alimentos con una calma inigualable.

Yo dejé mitad de mis alimentos a la expectativa de lo que dirían los monarcas.

— ¿Descansaron bien? — el rey fue quien habló, físicamente una copia de su hijo. — es la segunda habitación más cálida de todo el palacio.

— No tenían que tomarse tantas molestias, gracias.

— Claro que si teníamos Lady Yan... alguien debe hacer conciencia de su título. Incluso cuando no lo acepte es miembro real. No tratamos a nuestros invitados como plebeyos. — la mujer habló al fin.

Centre mi mirada en su labial escarlata.

— Soy muy consciente de mi título, pero no dejo que me defina o reprima. Supongo que soy muy joven para tomar responsabilidad. — murmuré manteniendo su mirada.

— Bueno... lord Junghyun ya es todo un hombre como mi hijo... tendrán tiempo de acostumbrarse, lady Yan.

El rey fracasaba en sus bromas.

— Lady Yan rechazó la corona, claramente no quiere acostumbrarse.

— ¿Podríamos tener esta conversación en un lugar más privado? — pedí casi implorando, por el enojo que emanaba de Taehyung cada vez que ella abría la boca. — aprecio su hospitalidad, pero debemos partir pronto.

Ella iba a responder, pero Baerin hizo mover su asiento y después de disculparse torpemente salió corriendo por la puerta del comedor. Yoongi solo fue una sombra que sin siquiera disculparse corrió tras ella. Escuche a lo lejos un par de arcadas.

Taehyung también dejó su asiento por instinto.

— Oh, ¿otra vez enfermo? — la mujer dejo su asiento y llamando a los guardias de la esquina les ordenó con voz firme. — cierren las puertas del palacio y saquen la nieve del jardín trasero, díganles a las criadas que preparen un baño caliente.

— ¿Le sucede algo a Baerin?

La mujer ignoro mi pregunta, pero yo la seguí por todo el pasillo, había un leve rastro de preocupación. El rey retuvo a Taehyung a un lado mientras las dos nos apresurábamos al pasillo que daba al patio central.

— Es una máquina, no debería enfermarse de influenza.

— ¿Influenza? Debería dejar que la revisara... conozco a los autómatas, no son invencibles como usted cree.

— Hay algo peculiar en ella, lady Yan. Yo entiendo muy bien que usted ha sido iluminada por el árbol sagrado y su propio linaje no es de este mundo. — giro a verme por fin, ojos con pocas arrugas en las esquinas. — si hay algo que no sepa... ni siquiera la deidad de la montaña podrá salvarla de lo que soy capaz de hacer.

— Baerin unnie es especial, no me sorprende que usted lo haya descubierto y la acepte como potencial reina de su raza, incluso su hijo parece sospechar. Ella no sabe aún su relación con la deidad de la montaña y no vine aquí a hacerle nada. Créame. Mi visita solo se debe a Taehyung.

𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴Where stories live. Discover now