El Album Del Pasado

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— Es para compartir.

Alcé la mirada de mi comida para ver a Jimin, estaba con sus ojos como media lunas mientras se reía de algo. ¿Acaso todo lo que hacía le parecía gracioso? O ¿intentaba reírse de todo para superar su perdida?

Yo coloqué el bol de arroz en el centro de la mesa.

— Delicioso. Gracias.

— De nada...  no creí que compartirías el comic con esos niños. — yo termine de succionar mis fideos para ver a los infantes a unos metros, se apoyaban al librero mientras reían en voz alta. — entonces no entiendo porque tu tutora insiste en que compartas tus cosas.

— Es que... pinturas, comprarlas Iseul para mí. Solo para mí. No compartir. — murmuré tomando un trago de mi bebida.

El dejo salir un sonido de entendimiento y apoyo su barbilla en la mano.

Habíamos venido a esos lugares donde hay libreros hasta el techo llenos de mangas, comida y unos cuantos sillones para hacer una buena siesta. Jimin había pasado varios días conmigo, en un departamento cerca de la casa de Iseul. Me había llevado a la academia y también jugamos videojuegos algunas veces.

Al pasar las horas en mi corazón sentía que habíamos sanado parte del tiempo que estuvimos lejos.

— Incluso si Iseul compra esas cosas para ti, ¿alguna vez te prohibió compartirlas?

— No.

— ¿Entonces...?

— No entender. Las cosas Iseul darme ser preciadas. No poder dañarlas o perderlas. — le expliqué como si fuera un niño, su cabello negro ahora caía sobre sus cejas y le daba una apariencia más joven. — yo tener que compartirla muchas veces...

— Ah, creo que logro entenderte. Los seres humanos y las cosas no son tu propiedad... a la final todo pertenece al mundo.

— No tener sentido.

— Lo que quiero decir, es que no puedes tener a Iseul de esa forma... es una mujer que tiene amigos y responsabilidades. No puede estar todo el tiempo donde quieres que esté, eso es quitarle su libertad. Creo que entiendes el termino libertad y las consecuencias que tenemos al perderla. — las palabras de Jimin eran sabias, aunque vestíamos de forma deportiva y riéramos hasta llorar.

Jimin sin duda era un autómata hecho hombre, demasiado inteligente, maduro y considerado.

— Ya compartir Iseul con alguien más.

— ¿Qué?

— Junghyun... suficiente compartirla con él.

Había algo en mi corazón que nunca había logrado poner en palabras. Ahora que conocía este lado y empezaba a aprender de la dinámica en la vida de Iseul, sentía mucho más odio hacia Junghyun. Él tenía la posibilidad de venir hasta acá y quedarse un tiempo con ella... tal vez hacer que su departamento no se llenara de tanta energía maligna.

Pero no lo hacía, lo que había entre ellos dos era un misterio. ¿Por qué esconderlo?

— Supongo que Junghyun entonces es el problema.

— No, lo odio.

— Woah, es una palabra muy grande. Bueno... no voy a discutir a favor de alguien que aún no conozco, entonces Taehyung-ah hay alguien que debemos ver.

Se levantó del asiento para estirarse y yo trague el ultimo rastro de salchicha antes de hacer lo mismo.

Salimos al exterior a caminar por las calles.

Últimamente estando lejos de Iseul comprendí cuanto podía extrañarla. Incluso estando en el mismo lado, solía recordarla con el sonido de las motocicletas al acelerar y los bizcochos de canela que veía en las tiendas al pasar.

𝕮𝖗𝖚𝖘𝖍 εїз KTH⁴Where stories live. Discover now