De cualquier forma... Es amor. (Tercera parte de ¿Amor o amistad?)

Capítulo 60 "Te quiero, Hayden" (Bao)

  

60  “Te quiero, Hayden” (Bao)

 

-Para…-pidió – Basta Bao. Esto no está bien…

Paré y me la quedé mirando entre jadeos. Me acarició la cara y su expresión era de confusión. Salí de encima suyo y me senté en la cama, frotándome la cara. De golpe me sentía avergonzado. Allí estaba yo, sin camisa y haciendo el ridículo porque Heesook me había parado. No quería hacerlo conmigo. Yo… Yo me había lanzado porque había sentido pánico al verla tan bien, tan segura con su nueva vida. En cambio yo… Sinceramente, me había quedado estancado en ella. Pese a lo sucedido en Corea antes de que se fuera, el enterarme que había estado con otro chico, el intento de suicidio… Pese a todo, la quería y quería estar con ella. Era el amor de mi vida. Lo tenía claro. Si la dejaba escapar ¿qué probabilidades de volver a encontrar ese amor tenía? Y aunque lo encontrase, no sería lo mismo. Porque no sería ella.

Por eso me había lanzado aunque mi idea de hacer el amor con ella fuera algo más romántica. Tenía allí a una Heesook con más experiencia que yo, una Heesook contenta con su vida, una Heesook que parecía estar bien sin mí. ¿Qué cartas me quedaban por jugar? Ninguna más que esa… Pero me había parado.

-Bao…-me llamó- Bao, por favor, mírame.

Me daba demasiada vergüenza mirarla. Por el contrario, cogí la camisa y me la volví a poner.

-Bao. Tú no quieres que esto sea así. Vamos… Te conozco. Y yo tampoco quiero que sea así. Además, tenemos que hablar… De ello. De lo que significa…

-Ambos sabemos lo que ha sido esto… Tú estás muy bien… Heesook, por primera vez en la vida he visto que has cambiado… Que es real.-dije triste- Y me alegro pero… Pero me acabas de hacer ver que yo no tengo cabida en tu vida.

-No es eso. ¿Ves? Por eso tenemos que hablar.

-Dime que me has parado solo por mí. Por lo de que no es lo que quiero. Dímelo mirándome a los ojos.

Se quedó callada y esa fue respuesta suficiente. El corazón se me comprimió.

-¿Puedes irte…?-le pedí.

Necesitaba estar solo, tenerla ahí delante había pasado de ponerme feliz a hacerme sentir mal.

-No. Necesito explicarme. No es lo que piensas.

-¿El qué? ¿Qué no es lo que pienso?

-No es que no tengas cabida en mi vida, es que… Estos meses me han servido para cambiar cosas que debía cambiar, y me siento bien valiéndome por mi misma… Me gusta mi vida en Nueva York. Es… es agradable sentirme liberada de quien era. Pero venir y verte… Me moría de ganas de verte y me daba miedo que vinieses acompañado. No sabía cómo reaccionaría yo. Pero tenía ganas de verte.

-¿Entonces?

-Ahora… Ahora que estamos los dos aquí, y ha sucedido esto, me hace plantearme cosas.