{Capítulo 10 parte 2}

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Por su parte, Luzbel no fue a casa como de costumbre

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Por su parte, Luzbel no fue a casa como de costumbre. En su lugar sólo subió a su auto y fue a una vinateria para comprar algo de beber e ir a casa de su amigo Val. A pesar de haber hablado con él por teléfono. Luz quería ver personalmente a su amigo y saber como estaba. Quiza algo estaba cambiando en su interior.

La casa de Valentino estaba en un barrio muy tranquilo con casas muy bien cuidadas y donde el único ruido que se escuchaba en ese momento era el motor del auto del escritor. La fachada que daba la casa de Val era azul celeste con un patio muy bien cortado y la casita de un perro en el jardín.

Cuando Luz se acercó a la vereda para adentrarse al patio. El perrito de Valen salió disparado hacia Luzbel quien se sobresaltó por el animal que no medía mas de un metro. Era una  pequeña french poodle que ladraba e invitaba al escritor a jugar con ella.
Esto le trajo a Luz el amargo recuerdo amargo de su padre cuando este lo encerró de niño en la cochera de su casa con un perro bastante mas grande que él. El miedo de Luzbel hacía los perros poco a poco se fue disminuyendo hasta solo sentirse incómodo o algo irritable cuando estaba cerca de ellos.

—¡Oh eres tu, Luz! Ven pasa.

Valentino saludó a su amigo desde la puerta y mandando a su perrita a dormir a su casita.

—Lamenta a "Bulma" se pone muy juguetona cuando ve a gente nueva... Pasa Luz, ya esta haciendo frío.

Luz se quedó contemplando unos segundos a su amigo. Normalmente estaba acostumbrado a ver a Valentino de traje y corbata y ahora lo tenía delante de él vistiendo una pijama y una camiseta pequeña que resaltaba sus brazos marcados por el ejercicio. De hecho aún tenía varios vendajes en el brazo derecho.

—Y dime, que te trae por aquí y a esta ahora. Luz? —Los dos hombres entraron a la casa y tomaron asiento frente a la televisión donde aparentemente Val estuvo acostado con una manta.

—Bueno solo quería venir a ver como estabas y traje un vino... Pensé que podríamos platicar solamente, hace mucho que no hablamos de cosas que no sean trabajo.

Valen se puso feliz por la notícia así que fue a la cocina por un sacacorchos y un par de copas para que su amigo destapara y sirviera el vino. El corazón de Val estaba latiendo muy rápido, tener a Luzbel en su casa y que fuera iniciativa del escritor estar con él, lo sonrojaba. Y por algo que el señor Goetia tampoco podía describir, sentía una extraña sensación de estar sólo en la casa de Val.

—Ya está. —Luz pasó una copa de vino hacia su amigo que la tomó con su mano sana. —No es malo por tus heridas que tomes o si?

—No te preocupes, he salido de peores situaciones. Esto no es nada.

—¿Por que no me habías contado que te dedicabas en secreto a las artes marciales mixtas?

—Bueno... Es que siempre estoy sonriente y eso me gusta mucho pero estar en el ring rodeado de personas que quieren verme pelear me emociona mucho. Además nunca antes me habías preguntado algo personal.

Las Garras De Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora