Durante toda la acción se la pasaron soltando gritos y gruñidos bajos, pero no se dirigieron más palabras, demasiado concentrados en lo que estaba ocurriendo para pensar que una conversación valiera la pena.
Daehyun perdió el balance y cayó sentado sobre el suelo de madera, abrazándose el estómago donde recibió el impacto. Namjoon saltó encima de él y de nuevo corrió hacia el detonador que todavía tintineaba con una luz roja donde había quedado olvidada al fondo de la sala.
Sintió el aparato entre sus dedos y estuvo a punto de sonreír por el alivio cuando los brazos de Daehyun rodearon su cuello desde atrás y le aplicaron una llave. El dolor sobre su tráquea casi lo hizo ahogarse con su propia lengua y aunque batalló para intentar que lo soltara, jalándolo del brazo o golpeándolo con todas sus fuerzas, Daehyun no lo soltó; el aire cada vez se le hacía más escaso y Joon podía sentir que si lo dejaba continuar no solo se asfixiaría, sino que sus ojos saldrían de sus órbitas o estallarían.
Si iba a morir, no podía morir de ese modo tan estúpido.
Su cerebro estaba siendo privado de la cantidad de oxígeno necesario para pensar con claridad, así que hizo lo primero que sus instintos le dijeron que hiciera. No era la mejor de sus ideas, pero en su posición, era lo único que podía hacer si quería sobrevivir; a veces el fin justificaba los medios. Dejó de intentar pelear contra el agarre de Daehyun, lo que hizo creer al hacker que empezaba a perder la consciencia (y no estaba muy equivocado) pero en cambio peleó contra el bolsillo de sus pantalones para sacar la picana y utilizarla en el brazo que lo ahorcaba.
Parte del voltaje del aparato llegó a electrocutarlo por la cercanía, pero no lo suficiente para que se sintiera como más que una picadura. Daehyun no corrió con la misma suerte.
—¡Mierda! —se quejó el hacker soltándolo de golpe y retrocediendo.
Namjoon tenía en su poder el detonador, pero el camino hacia la puerta que daba el pasillo estaba cubierto por Daehyun; si quería poder salir no solo tendría que correr desde el fondo del salón, sino que de alguna forma tendría que rebasarlo o quitarlo del camino. En un arranque desesperado e infantil, Joon volvió a hacer lo único que se le ocurrió: empezó a arrojarle cosas.
Tomó primero el monitor, luego el teclado, el CPU, la silla; todo lo que tenía a su alcance para hacerlo retroceder y abrirse paso hacia la salida. Lo único bueno era que el salón en sí no era muy grande, así que no necesitaba más que cruzar un par de metros para llegar a su destino.
El pequeño ataque de objetos voladores consiguió hacer que Daehyun retrocediera hacia el pasillo, ese que llevaba hasta las habitaciones del piso, lo suficiente para darle el camino libre. Sin embargo no contó con que su idea le terminaría reventando en la cara como muchas cosas últimamente.
La puerta estaba al alcance de la mano cuando algo pesado impactó contra su espalda y lo mandó de nariz al suelo; muy apenas consiguió evitar partírsela al caer, pero un dolor punzante e imposible de ignorar estalló en una de sus muñecas, esa en la que se había recargado para amortiguar su caída. Incluso en la oscuridad podía ver cómo la articulación se había dislocado o cómo alguno de sus huesos se había fracturado ante la presión del golpe; podía ser su simple imaginación la que lo hacía ver el daño, pero el dolor era suficiente para saber que lo que había pasado era serio.
Estaba muriéndose de ganas de soltar un grito para quejarse, pero no se lo permitió. Joon apretó los dientes y se giró en el suelo para poder mirar a Daehyun, pero ni siquiera intentó levantarse.
Daehyun avanzó lentamente hacia él. En una de sus manos cargaba la pistola que Namjoon tiró durante todo el forcejeo. A diferencia de él, el hacker tenía la clara intención de dispararle, sin un solo miedo de usarla en la oscuridad. Probablemente ya se había cansado de su propio juego y ya solo quería acabar con Joon y con todo el escándalo de una buena vez.
BINABASA MO ANG
Code Breaker | JinNam {Binary Code #3}
RomanceAl final de cada problema, siempre quedan cabos sueltos; algunos más evidentes que otros y esos, los más pequeños y aparentemente inofensivos, de alguna forma son los que más nos carcomen y persiguen. Luego de la caída de Lee Jeonghan en colaboració...
Acertijo #18
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