Code Breaker | JinNam {Binary Code #3}

Acertijo #16

Estacionaron a unas calles del edificio y bajaron, para avanzar resguardados en las sombras de las calles desiertas y sintiendo las caricias afiladas del viento gélido que rondaba por el barrio en sus rostros. La zona en la que el edificio estaba erigido estaba básicamente muerta, con la mayoría de los locales y apartamentos alrededor cerrados y abandonados. Era increíble lo rápido que un vecindario podía morir cuando una de sus partes lo hacía; era como en las plantas, si no arrancabas las partes muertas terminaba llevándose consigo al resto.

Rodearon el terreno buscando un hueco por el que colarse a través del alambrado que se había levantado para evitar la invasión de intrusos y terminaron creando su propia entrada con unas pinzas que Namjoon cargaba en la mochila en su espalda.

En la entrada del edificio se encontraron con el primer y más sencillo obstáculo de la noche: dos tipos custodiando las puertas dobles que ambos recordaban llevaba al lobby.

Se detuvieron entonces pegados a la esquina donde las sombras todavía los cubrían y se repartieron las herramientas que habían traído consigo antes de salir y encargarse de aquellos tipos de la forma más sigilosa que pudieron. Antes de que uno de ellos pudiera pegar el grito de alarma, Seokjin se apresuró a golpearlo en la cabeza con la culata de la pistola dejando al segundo para que Joon lo dejara inconsciente con una picana eléctrica.

La idea de la picana había sido totalmente suya y estaba demasiado orgulloso por ello.

Los dos monigotes estaban ahora tirados a los pies de ambos, boca abajo y respirando suavemente, como sumidos en un bonito sueño. El mayor tomó el rifle de uno de ellos, además de sus cargadores, y probó su peso y puntería mientras Namjoon se sentaba en el suelo junto lo que a ojos de alguien como Jin parecía un router instalado contra una de las paredes, sus cables subiendo y perdiéndose por orificios en los ladrillos.

El ex agente se posicionó a su lado con el rifle listo, volteando en todas las direcciones y concentrándose en los sonidos a su alrededor, intentando que ningún indicio de alguien acercándose se le perdiera.

Joon sacó su laptop de la misma mochila donde cargaba las armas y la encendió, conectándola con un cable al aparato pegado a la pared. Unos minutos y unos golpes al teclado después tuvo acceso a la red de cámaras que Daehyun estableció en el interior del edificio tal y como sospechó que haría; tenía frente a él múltiples pantallas con vistas a todos los pisos desde al menos uno o dos ángulos, encontrando a más hombres y mujeres con armas esparcidos por todo el lugar. No sabía mucho de armamento a pesar de tener un experto al lado, pero lo que cargaban en sus manos lucía tan o más terrible que lo que sus amigos en la entrada tenían.

Respiró profundo por la nariz, cerrando los ojos por unos segundos mientras se repetía algo parecido a un mantra. Se recordó a sí mismo que quería ayudar y que para ello tenía que ponerse en la línea de fuego, pero que todo estaría bien porque no estaba solo. Si Seokjin leyó su mente o solo lo presintió, nunca lo sabría, pero el mayor se volteó a verlo y le sonrió sobre su hombro de una manera que hizo que el aire no le supiera tan helado en la garganta.

Hackear las cámaras para que éstas dejaran de grabar y solo repitieran el mismo video ya en sus memorias pero en loop era el truco más viejo del manual, un pequeño truco que como mucho les daría un par de minutos extra, pero prefería mil veces perder el tiempo con precauciones a que se metieran a la boca del lobo sin tomar medidas. Valía la pena intentarlo.

—Ya está —informó poniéndose de pie y abandonando la laptop sobre el suelo—. Podemos entrar.

Seokjin se inclinó para recoger la mochila significativamente más liviana luego de perder la mayoría de sus contenidos y se la colgó al hombro, ignorando totalmente la computadora. Había sido Namjoon quien prefirió que la dejaran fuera, para evitar que se estropeara durante la infiltración.