Acertijo #8

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Tenían dos días enteros para buscar a Daehyun cuando aterrizaron en Taipéi.

Era probablemente lo más rápido que habían adivinado un acertijo y ambos estaba un poco muy contentos con su trabajo, con casi toda la certeza de que finalmente podrían atraparlo y terminar con aquel jueguito del diablo.

Ambos sabían, y seguramente Daehyun también, que no tendría oportunidad contra Seokjin.

Caminaron por la pasarela sin apresurarse, haciendo como si fueran dos turistas más, moviéndose entre la multitud hombro con hombro, pero sin agarrarse de las manos. Más que nada era una estrategia para no llamar la atención, pues poco o nada les importaba lo que cualquier intolerante pudiera decirles.

Una vez completaron el papeleo correspondiente, fueron a intentar recuperar la maleta que compartían con toda la intención de tomarla e ir a buscar un hotel antes de finalmente seguir con su cacería. El equipaje se acercó por la pasarela mecánica y Seokjin la atrapó, ubicándola con cuidado a su lado y haciéndose con la agarradera para poder arrastrarla hasta la salida. Se miraron entonces con sonrisas en sus semblantes, probablemente pensando en lo mismo: finalmente las cosas estaban mejorando.

O eso querían creer.

—Disculpe, necesitamos hablar con usted —informó en perfecto inglés un caballero vestido en un traje negro al que le colgaba una insignia de seguridad en el cuello. Lo acompañaba otro hombre y ambos tenían los ojos puestos en el mayor de los dos.

—¿Con él? —repitió Joon—. ¿Ocurre algo?

Los hombres se miraron y revolvieron incómodos.

—Recibimos un informe anónimo de que usted carga con una bomba o algún arma —explicó el segundo hombre, inclinándose hacia ellos y susurrando como si intentara guardar un secreto.

—¿Perdón? ¿Una bomba? —interrogó Seokjin subiendo el volumen, sin dar crédito.

Aquello fue suficiente para sembrar el caos.

Una mujer que pasaba junto a ellos escuchó claramente la palabra bomba y soltó un grito que hizo eco por todo el aeropuerto y terminó por ser imitado por todos los que se encontraban en las cercanías. Pronto la zona de equipajes se convirtió en una zona del terror, con pasajeros gritando y corriendo de un lado al otro, empujándose entre sí sin saber a dónde dirigirse (pues no sabían dónde estaba la dichosa bomba) y algunos acercándose a los hombres de seguridad para exigirles que hicieran algo.

Los dos hombres no eran suficientes, pero en vano trataron de calmar a las masas que ya no tenían oídos para escuchar. Más hombres de seguridad llegaron y cuando estos dos primeros estuvieron algo más liberados de la multitud, agarraron a Jin de los brazos y empezaron a llevárselo casi a rastras, uno de ellos arrastrando la maleta con la mano libre.

—¡Espérame, Joon! ¡En cuanto salga de esta, podremos ir a buscarlo! —exclamó Jin, su voz totalmente clara para él en medio de aquel barullo interminable.

No había razón real para hacer lo que tenía en mente, solo sentía en su pecho que era lo correcto y lo más sensato. Tragó saliva con dificultad y desde la distancia miró a Seokjin a los ojos antes de negar lentamente con la cabeza y pedirle disculpas en silencio, solo moviendo los labios para pronunciar las palabras.

—¡Joon! ¡Kim Namjoon! ¡No vayas! —lo escuchó a gritar, viendo cómo intentaba resistirse a los agarres de los guardias, aunque sin mucho éxito.

Namjoon no permitiría que Daehyun los hiciera perder más tiempo valioso. Sabía reconocer una treta cuando la veía. Aquel informe anónimo sobre una bomba solo podía venir de una persona, más específicamente del único que sabía que habían ido a Taipéi.

Code Breaker | JinNam  {Binary Code #3}Where stories live. Discover now