Acertijo #6

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Realmente no había razón alguna para que la pareja permaneciera un momento más en Japón, pero aparte de las ansias por volver a casa para seguir con el pequeño juego de Daehyun, tampoco había mucho que los obligara a tomar el primer avión de regreso a Corea.

Una vez instalados en la habitación de hotel que alquilaron no muy lejos del aeropuerto, Namjoon se sentó con la laptop sobre la mesita redonda con la que contaba el cuarto para asegurarse de que no había nada que requiriera su atención inmediata. Todo estaba como lo había dejado y no había señales del hacker, ni un mensaje ni nada que indicara que debían salir corriendo de nuevo.

Quería aliviarse por ello, pues era lo más lógico que podía sentir, pero la incertidumbre no desaparecía; era peor cuando había silencio, porque entonces no sabía qué esperar o hacer.

Conteniendo un suspiro, Namjoon se volteó a mirar a Seokjin, sentado en el borde de la cama que compartirían con el teléfono de servicio a la habitación en la oreja. Todo ese tiempo había estado hablando con alguien de recepción y Joon no había escuchado ni pío, tan sumergido como estaba en su preocupación.

Por coincidencia o quizás al notar que estaba siendo observado, Jin colgó el teléfono.

—¿Qué hacías, Jinnie? —preguntó Joon cerrando la laptop y abandonándola sobre la mesa.

—Estaba pidiendo algo de beber y cenar —respondió Jin encogiéndose de hombros.

No tardó mucho en darse cuenta de que no le había mentido. Un muchacho apareció a su puerta un rato después con un carrito cargado de comida, una botella de vino y unas copas de cristal. Nada parecía muy elaborado ni tampoco de excelente calidad, pero ninguno de los dos pareció darle importancia, cansados como repentinamente se sentían.

Habían tenido un día terrible y ni siquiera lo habían notado. Tan acostumbrados estaban a tener que correr de un lado al otro y ponerse en situaciones potencialmente peligrosas que lo hacían sin siquiera darse cuenta de lo ridículo que era.

Para Namjoon, que se consideraba un civil con mala suerte, era una perspectiva algo tétrica con la que vivir.

Tal vez Joon no se había tomado muy en serio la necesidad de ir a terapia, pero cada vez parecía como algo que debía hacer. Claro que eso tendría que esperar a acabar su asunto con Daehyun.

—Es en este tipo de momentos que siento ganas de un cigarrillo —soltó Seokjin de la nada, tras darle un sorbo a su vino.

De alguna manera habían acabado sentados sobre la alfombra frente a la cama, rechazando la mesa para cenar en el suelo. Se sentía más libre, más despreocupado; y ambos necesitaban despreocupado.

Namjoon le lanzó una mirada, repentinamente confundido al escucharlo.

—¿Solías fumar? No tenía ni idea.

—Hubo un tiempo en el que lo hice, aunque no por gusto —admitió sonriendo sin gracia—. Estaba de encubierto en una misión y tenía que hacerlo. Lo dejé rápido, pero a veces las ganas vuelven.

—No me lo hubiera imaginado nunca, la verdad.

—Pero solo para aclarar, no pienso volver a fumar nunca más, aunque me muera de ganas —aclaró Jin a pesar de que Namjoon no dijo nada al respecto—. Siento que si lo hago sería como escupir sobre la tumba de mi hermana.

Era verdad que ella había sido víctima de su mala suerte y la leucemia, realmente no un cáncer que había tenido que sufrir por sus propias acciones, pero de todos modos parecía un poco insensible y una burla a su memoria que él se pusiera en peligro por algo tan estúpido como un cigarrillo. Las ganas de uno no le surgían con frecuencia, de hecho eran raras las ocasiones, pero cuando le llegaban siempre las espantaba con esa idea.

Code Breaker | JinNam  {Binary Code #3}Место, где живут истории. Откройте их для себя