Intransigente. © [YOONSEOK.]

Intransigente

El pequeño lugar que perteneció a un gran imperio, con muchas cosas valiosas dentro, siendo con el pasar de los años testigo de como muchos trabajaron dentro de sus paredes: ahora arde en llamas. Con ráfagas extensas y turbulentas quemando todo a su paso, sin importar a quien o que se lleve consigo. Un fuego incontrolable que a todos a tomado desprevenido, y que además está siendo acompañado por el olor de azufre, mientras los gritos de los empleados se escuchan fuerte, intentando buscar una solución que impida que Min Enterprise arda como lo hace.

Han pasado ya muchos meses desde la última tragedia que casi acabó con el dueño de un legado hasta entonces insuperable, pobre chico, opinan todos. Tan joven y tan cerca ya dos veces de perderlo todo. Empleados antiguos incluso casi han perdido la cordura, demasiado turbados por la conmoción de ver derrumbarse una gran empresa, o lo poco que está ardiendo casi cerca de marcar una tragedia humana pues de no haber evacuado la planta: las pérdidas humanas hubiesen sido demasiadas.

Por supuesto ha sido una tragedia inesperada después de meses en calma y a Yoongi se le ve asustado, observando hacia arriba del gran rascacielos: dónde aún, esa planta, específicamente esa habitación: arde en llamas, con un humo escandaloso saliendo por las ventanas. La preciosa infraestructura viéndose dañada provocando además que, un dolor grueso le cuele en el pecho pues, aunque fue construido por su padre, y el anterior de este, es ahora lo único que posee y por el cual a luchado tanto.  

Es bajo ese contexto que, su precioso prometido desliza una mano sobre la suya, dándole un poco de apoyo, y siendo un claro recordatorio del porque ha sucedido esta tragedia.

Solo ellos saben que era necesario crear el incendio en Min Enterprise para deshacerse de los archivos que casi un año atrás les ayudaron para ganar el juicio al que fueron sometidos.

—Sé que duele, pero pasará—el pequeño ángel le dice, comprendiendo el dolor que el mayor siente de ver cómo su empresa arde en llamas, logrando que logre confiar, y además, teniendo un poco de consuelo ya que pese a las pérdidas que esto creará: sabe que es necesario y así podrán librarse de todo problema que les afecte.

—Yo sé—vuelve a observar el edificio en llamas, tragando grueso, porque aunque duele: sabe que la situación está controlada y que Hoseok se ha encargado de que solo dicha área sea totalmente destruida. —Confío en ti.

Efectivamente cuatro horas después el fuego se ha extinto, y el personal de bomberos está notificando los daños, informando luego al señor Min el aproximado de las pérdidas que han contabilizado, además de por supuesto, asegurarse que el área en dónde se originó lo que fue catalogado como una falla eléctrica: terminó totalmente destruida, con todo dentro.

Hoseok sabe entonces que no hay públicamente prueba que los incrimine, que de esa se han salvado, y aunque perdieron mucho dinero, y seguramente días de trabajo: cuando ya está fuera del ojo público se avienta a sus brazos logrando que el mayor también, a pesar de todo le dedique una sonrisa.

—Lo hemos logrado, ángel—Yoongi acaricia sus mejillas, totalmente anonadado de como a pesar del tiempo ese pequeño chico aún esté de su lado y haya sido capaz de lo impensable con tal de no fallarle, siendo el único con poder lo suficientemente grande como para sacarlo de esto.—Si hubiese estado solo me hubiese hundido, estoy seguro.

Hoseok niega, mientras le acaricia su rubio cabello.—Solo se que nunca quise hacer lo contrario, y soy parte de un excelente equipo.

—Tú..—Yoongi le besa con dulzura, demasiado enamorado, y jodidamente loco por ese pelinegro de largas piernas y ojos grandes como las perlas.—.. eres el cerebro en todo, y además mi mejor aleado.

El pequeño Jung se ríe, también encantado, de encontrar sin buscar: un hombre como él y lograr mantenerlo a su lado.

—Tú eres maravilloso—le asegura, ahora más tranquilo pues se han quitado por ahora, un gran peso de encima—Y ahora.. —sonrie travieso—Podemos concentrarnos en la boda.