Intransigente. © [YOONSEOK.]

Dejando notar.

Finalmente haberle pedido que viniera con él vale la pena porque encuentra a su asistente siendo el hombre más radiante de la noche, logrando llamar la atención en el evento pues se ha puesto un traje rojo, siendo elocuente y brillante, porque sabe lo que vale, y sabe que posee muchos encantos así como una increíble presencia que le hace ver más atractivo de lo que es. Y Yoongi realmente se siente orgulloso de entrar con él a su lado aunque no pueda tomarle de la mano, ya que no debe olvidar que están en un asunto de trabajo, y es así como comprende que de estar en otras circunstancias estaría satisfecho con tenerlo a su lado.

—Vaya mierda de fiesta, esta gente es ridícula—gruñe hastiado, no estando cómodo con el sin fin de invitados que sabe: le observan curiosos, como si fuese una atracción de circo.

El pequeño heredero extranjero que vuelve a la ciudad para reclamar algo que no le pertenece, excepto que si lo hace y nadie debería negarle ese derecho.

—Ten paz señor Min—Hoseok le sonríe y discretamente le da un apretón a su antebrazo, intentando reconfortarlo.—Sé que la sociedad, y en especial la gente en la empresa ha sido dura contigo, pero has trabajado mucho para cerrarles la boca, no tienes que preocuparte por lo que piensen.

Yoongi gruñe una vez más, llevándose a los labios la copa de champagne que le sirvieron.

—Todos han sido una mierda, mi único aleado eres tú—lo lleva hacia la mesa en dónde están los demás, incluido Kim Namjoon, quien los ve con curiosidad ya que no entiende que hace Hoseok con él.

El chiquillo le sonríe con calidez.—Pero rompe mi corazón y también te juzgaré—dice, y es una broma, Yoongi sabe que es una broma, sin embargo le molesta que él pueda pensar en que en algún momento se separarán, y no le da tiempo de responder porque pronto se ven rodeados por los demás, y tienen que marcar una distancia prudente para no levantar sospechas de que están juntos.

Pero lo que si puede hacer es colar su mano debajo de la mesa y acercarla a él, mientras finge conversar con los hombres en la mesa, logrando que el de cabellos oscuros se sobresalte, y le voltee a ver, ganando una sonrisa burlona que le hace sonrosar, casi invitándole a renegar, pero al final Hoseok simplemente cierra las piernas, no permitiendo que le caliente, pero sintiendo que a Yoongi poco le importa pues acaricia sus rodillas, subiendo a tocar también sus piernas.

Es caliente si son honestos, pero Hoseok está nervioso, no solo porque están frente a ejecutivos importantes de la ciudad, junto al abogado de Min Enterprise, sino también porque las manos del mayor sobre él le derriten y no puede fingir que no. Tiene las mejillas sonrosadas de placer, y teme dejar notar como también se ha acelerado su respiración.

—Señor Min, ¿usted que opina?—alguien distrae a Yoongi, pero este no deja de tocarlo suavemente, con esas palmas calientes, quemando su piel.

El chiquillo de ojos como perlas no puede escuchar que responde, solo es consiente de como su cuerpo se exalta, reconociendo su tacto, y agrade cuando se ponen de pie, y Yoongi le guía hacia otro lado del salón.

Entonces prosigue a hablar.

—No me tortures Yoon—le pide, sosegado, con los ojitos traviesos chispeantes de placer, logrando que él le regale una preciosa sonrisa de dientes ladinos y bastantes chispas.—Se darán cuenta..

—Como si me importara que sepan a quien me follo—gruñe, deseando acercarlo por la cintura y besarlo, sin ofenderlo y haciendo que también le sonría.

—Eres un descarado.

—Y tú un puto ángel que me vuelve loco.

Están demasiado concentrados en su coqueteo, compartiendo miradas traviesas, y casi desnudándose ahí mismo que, no son consientes de cuando Namjoon se les acerca, sospechando la increíble conexión que hay entre ambos, y intentando entender que hacen juntos en ese lugar.

—Señores..—llama su atención, logrando que Hoseok se sobresalte, temiendo que les haya escuchado, dando una clara señal de que algo ocurre entre ambos.

Sin embargo Yoongi mantiene la serenidad y gira, ofreciéndole una mirada aburrida, como preguntando que demonios quiere, y porque les está siguiendo.

—¿Si, Kim?—su gesto es hosco, como es usual cada que trata con él, o algún miembro de la empresa, y además intentando dispensar lo que sea que el abogado esté pensando.

Pero es en vano, Namjoon ya lo sabe.

—¿Cómo están pasando la noche?.

Es el menor quien responde, como siempre sonriendo, y dejando notar su preciosa aura, y esa bonita personalidad que lo hace ser tan especial.

—Todo bien señor Kim, la fiesta está maravillosa—Namjoon le sonríe con cariño pues es un chico quizá no tan cercano a él pero con el que nunca ha tenido conflictos y en todos estos años han trabajado muy bien juntos.

—Debo decir que me sorprendió verte aquí, no sueles venir a estos eventos.

Hoseok le sonríe, aún con amabilidad, y un tantito vivas.

—¿Verdad?. Pero alguien tenía que venir a beber champagne.

El resto de la noche es tranquila, la pareja se presenta ante varios invitados, esto por sugerencia de Hoseok quien le comentó a su jefe que es buena idea crear lazos con los empresarios más influyentes de la ciudad, logrando que a su lado el momento no fuera tan malo, aunque sin poder evitar que Min los vea de manera hosca, casi deseando arrancarles la cabeza, hasta que finalmente decide que ya tiene suficiente de esto y se desea marchar.

—Es tarde, ¿Te quedas en mi casa?—pregunta cuando lo ha apartado de todos, y se han despedido de Namjoon, pero el chiquillo niega, atreviéndose a tomarlo de la mano antes de subir al auto donde el chofer ya los está esperando.

—Mi apartamento está más cerca, y no estará mi compañero. ¿Por qué no te quedas tú conmigo mejor?.

No ve porque no aceptar.

—Vamos..

Yoongi acepta, ya demasiado acostumbrado a estos aleatorios encuentros con él, sin darse cuenta de que, han dejado indicios de lo que sucede entre los dos, y que Namjoon es el primero en enterarse pues no los perdió de vista en toda la noche, logrando así tener sospechas claras de lo que tanto dejaron notar aunque pensaron que no.

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