Capitulo 21

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Aquella fría mañana la joven se mostraba indiferente a lo que la noche anterior había sucedido, o quizás simplemente no lo recordaba, mas extraño era ver la palma de su mano como nueva, el rubio por su parte no pasaba desapercibido cada detalle, casualmente extraño, tenia que hablar con el jabalí de la gula para aclarar sus múltiples dudas.

La incandescente tranquilidad mostrada en el apaciguado rostro de la joven había llamado la atención del el dragón, mismo que sin pensarlo mucho camino hacía ella, sus manos en sus bolsillos y su rubio cabello alborotado; le daba una sensación desordenada, aunque tambien confiada gracias al brillo de sus ojos y su irrefutable sonrisa.

—Buen-

—Capitan pervertido, ¿ahora que necesita?

—¡Oye! ¿Por que pervertido?-La mordaz y severa mirada que ella le dedico le dejo sorprendido, aun si fuera ella de aquel modo, tan tranquilo pero distante le permitía conocer cada una de sus facetas esto mismo le era agradable y vicioso,

—Existen muchas razones Capitan, y se muy bien que las conoce.- La forma firme y dura que lo libero la joven había comprobado que la misma tenia caracter aunque fuera agradable.

—Mhg, bien, solo quería saber si, ¿Recuerdas lo que sucedió anoche?

—¿Que debió pasar anoche?, estuve toda la noche durmiendo capitan.

—Vale, no paso nada, solo era curiosidad.

—Que extraña curiosidad.

La joven se ensimismo en el dolor que había tomado poder en su cabeza, como si alguien intentara invadir la, una imagen recorrió su mente; aunque la misma fuera difusa, podía percibir el parecido de aquel niño dueño de la imagen con su capitán, la diferencia que el mismo niño era mucho mas pequeño y su semblante era frío y sin emociones.

Por momentos escucho la risa de dos niños, sus ojos viajaron a sus costados percatándose que en la taberna no había ni un solo niño, solo algunos conocidos de el dragón, aunque para ella todo iba mas lento, la misma se limito a cerrar sus ojos por segundos, sumiendo se en aquella densa oscuridad que llega al cerrar los párpados.

Podía percibir como el sonido del exterior poco a poco se tornaba solo un ruido de fondo bastante lejano.

La oscuridad se ilumino por la calurosa luz de el sol, a sus pies sintió el verde y húmedo pasto abrazar los mismos, se sentía mas diminuta, ¿En que momento había llegado ahí? No lo entendía, la risa de los niños y algunas pisadas apresuradas se hicieron presente, al poco tiempo se percato de que era ella la que corría, su mismo cuerpo viró sobre su eje, solo para encontrarse con una melena rubia a centímetros de ella, de modo que al poco tiempo la persona contraria la había derribado contra el pastoso suelo.

—¡Eso fue trampa!-De sus labios inconscientemente salio liberada una voz aguda parecida a la de una niña de algunos 6 o 7 años.

—Nunca especificaste que no podía volar.- La voz que libero el dueño de aquella melena rubia, era la voz de un niño.

—¡Eres horrible y cruel Meliodas!-Aquel nombre le era imposible olvidarlo, pero su capitan, ¿Qué hacia ahí?

—Y tu siendo una Nereida, eres mas agradable y soportable a las hijas de la Deidad y las otras razas.

—¡Decir eso es cruel, debes ser mas amable!

—¿Como puedo ser amable si soy un demonio?

—Debe ser una broma.

—Yo no se que es la amabilidad.

—¿¡Hablas enserio!?

—Si.

La mirada penetrante y oscura de el demonio observaba cada delicado y fino detalle del rostro de la contraria, un muy desapercibido rubor surco sus mejillas, aunque realmente esperaba una respuesta de su parte.

—Bueno no sabría explicártelo bien, pero podría decirse que es una forma en que se puede demostrar el cariño y la bondad que hay en nuestros corazones.

—Muéstrame.

—Bien, pero necesito que te quites de encima mio su majestad, por favor.

—Ya te e dicho que no es su majestad, es Meliodas tonta.

—Meliodas.

El joven rubio con rapidez y firmeza se levanto dejando libre a la de grises ojos, segundos después la joven corrió en busca de algo, pasaron algunos minutos cuando la niña regreso en su espalda escondida de la vista de el rubio una pequeña flor.

El rubio por su parte, esperaba impacientemente intentando descubrir que era lo que ella planeaba y cargaba; la misma puso frente a el un girasol.

—¡Para ti!

— ¿Un girasol?

—Si, lamento si no te gusta es solo que sus pétalos me recordaron a tu rubio y revoltoso cabello.

—Gracias.

El mismo la tomo con suma delicadeza, sin embargo, del mismo modo coloco la flor detrás de la oreja de su contraria.

—Se ve mejor en ti _****-

—¡G-gracias Meliodas! ¡Eso a sido muy amable de su parte majestad!

—Amable.

—Si.

—Entonces tu eres muy amable y buena.

—¿Enserio el señor Chandler no te enseño que es la amabilidad?

—El solo me entrena para ser un buen rey, solo debo preocuparme por mi reino, un demonio es arrogante y orgulloso, no sabemos ser amables.

—Meliodas, tu eres muy amble conmigo, nuestras razas tienen tantas diferencias, sin embargo, se que en ti también hay bondad.

La joven le dio un cariñoso beso en la mejilla dispuesta a regresar los brazos de su madre que estaba en su espera.

—Espera.

—¿Sucede algo majestad?

—¿Querias saber que hay debajo de mi marca demoniaca, no es asi?

—Si, pero no lo voy a obligar.

El joven con tranquilidad y un notable rubor desactivo su marca, aquellos hermosos ojos esmeralda le cautivaron, su acelerado corazón era incesante, como ella acaricio su mejilla desorientando lo.

--Son horribles lo se.

--No, sus ojos son hermosos, brillan mas que una Esmeralda, que envidia.

--¿Porqué?

--Porque tengo unos horribles ojos grises y tu tienes los ojos mas lindos que e visto Meliodas.

Una sacudida sorprendente la saco de aquella ilusión, provocando la abrir velozmente sus ojos, cayendo en cuenta en que se había sumido tanto en las imágenes y las apariencias de ambos niños.

[EDITADO]

Revelación. (Meliodas y Tú) #1[EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora